Pareja de croquetas veganas glutenfree de mijo para torpes

Por Lapastanoengorda

Holi lady torpes. Hacer croquetas veganas es una de las cosas que más posibilidades ofrece, igual que las hamburguesas, es cuestión de probar y que la pasa no parezca una crema de calabaza. Por si esta no te gusta, te dejo aquí otra receta de croquetas de patata picantes.

El ingrediente protagonista de estas croquetas veganas para torpes es el mijo, un cereal apto para personas celíacas #glutenfree tan versátil que ya les gustaría a algunos. El mijo es un cereal bastante guay para el invierno ya que ayuda a calentar el cuerpo, al menos eso estudié en dietética.

Yo no utilizo mucho el mijo porque se me olvida lo guay que es, pero la clave para usarlo es tenerlo en casa, por lo tanto ponte el pijama más hortera que tengas, si está desgastado mejor, ponte ropa encima para que no se te vea, pilla la manta de las resacas, envuélvete en ella y bájate a tu tienda a granel de confianza a comprar un kilo o dos.

Para cocer el mijo lo único que hay que hacer es lavarlo, ponerlo en una olla con el doble de agua y un poco más, ponerlo a hervir y cuando esté a tope lo pones a fuego bajo tapado, un poco de sal o algas y a esperar unos 15 minutos. Verás que está hecho cuando por la superficie empiezan a aparecer unos agujeros, para asegurarte de que no está crudo pruébalo pero no te comas toda la olla o no te quedará para hacer croquetas.

He hecho un 2×1 para ahorrarme trabajo, unas de las croquetas veganas llevan calabaza y las otras espinacas y queso vegano, en mi caso utilicé uno de abrir y usar pero si quieres currártelo aquí te dejo una receta. Para hacer las de calabaza, pide a tu tía la del pueblo una de esas calabazas que son más grandes que tu cabeza y cocínala al vapor, luego ponla en un recipiente gigante y echa el mismo peso en mijo, ambas tienen que estar bien escurridas, lo más secas posibles para proceder a aplastar con una espátula o manosear si no te da miedo quemarte. This is the moment para añadir especias, yo le puse curry y jengibre, pero puedes poner lo que te de la gana, luego las metes a la nevera y las dejas reposar hasta que te quedes sin paciencia.

Mientras tanto, pilla un buen puñado de espinacas y ponlas en un procesador de alimentos junto a otro buen puñado de mijo, corta unos trozos de queso vegano y tritura a baja potencia, no queremos un puré, tiene que ser una masa con trozos. Cuando veas que está bien, ponlo en la nevera junto a la masa de calabaza para que se hagan compañía.

Si esperas una noche entera sería genial, cuanto más reposen, serán más fáciles de hacer, pero yo no esperé ni nada y me salieron guay. Luego llama a alguien para que venga a tu casa a fregar a cambio de croquetas y empieza a formarlas, puedes hacerlas como quieras pero que no sean muy grandes para que se hagan bien por dentro.

Para que sean #glutenfree yo las rebocé en harina de garbanzo, luego un chorrito de aceite de oliva por arriba y pal horno. En realidad esta masa podría comerse ¨cruda¨ pero si las cocinas quedan mejor y se doran, que siempre es un plus para subir nota.

Ponlas a 180º unos 10 minutos por un lado, luego dales la vuelta con unas pinzas y cuidado de no destruirlas y espera otros 5. Estos tiempos son aproximados, tienes que verlo tú y fiarte de tu intuición.

Pues ya está. Comparte en todas tus redes sociales, no me seas.