Parenthood - A malas con los Braverman

Publicado el 26 noviembre 2014 por Reino Reino De Series @reinodeseries

Hasta ahora, cuando pensaba en las meteduras de pata de Jason Katims, pensaba única y exclusivamente en la segunda temporada de Friday Night Lights. Es decir, creo que todos lo pensábamos, porque, al fin y al cabo, pocas cosas podrán superar jamás al Landry asesino. Pero el caso es que ahora mismo Katims puede empezar a respirar tranquilo, porque por fin hay algo que puede hacerle la competencia a esa segunda temporada. Claro que no sé yo si respirará mucho más tranquilo cuando ese algo que puede sustituirlo es precisamente la temporada final de Parenthood. Una temporada final donde cuesta encontrar un Braverman al que no quieras matar repetidas veces (sin intención de resucitarlo).
Cualquiera que haya seguido la serie temporada a temporada sabrá que lo de querer matar a los Braverman constantemente no es algo nuevo, por supuesto. Lo que sí que es nuevo, en cambio, es no querer abrazarlos con la misma intensidad. La gracia de la serie, parte de su encanto, ha sido siempre que inspiraban esa maravillosa combinación de querer matarlos a collejas y a abrazos que hacía que parecieran hasta de nuestra propia familia. Pero en esta última temporada no hay abrazo que valga. Ninguno de los miembros principales de la familia Braverman (quizá con la excepción de Sarah (Lauren Graham), y probablemente sus hijos, que tampoco han hecho nada para merecer nuestro odio últimamente) se merece un mísero abrazo. Sólo se merecen nuestro odio y multitud de insultos.
No ayuda, además, que prácticamente todas las tramas de la temporada estén siendo tremendamente problemáticas, y que de algún modo la serie nos pida ponernos de lado de unas personas y unos argumentos que no querríamos apoyar ni hartos de vino. Es el caso, por ejemplo, de todo lo relacionado con Kristina (Monica Potter) y Adam (Peter Krause), la educación de Max y el último proyecto de Kristina: el colegio que NO está ni mucho menos preparada para llevar. Y que alcanzó unos niveles especialmente incómodos y desagradables en estos últimos episodios.

Kristina y Adam no sólo han fomentado el acoso por parte de Max a una de sus compañeras de clase, sino que de algún modo, tanto ellos como la propia serie lo han excusado y justificado por eso de que “Max es diferente”. Y aunque finalmente en el episodio que pone punto final a primera parte de la temporada, y que se emitió esta pasada semana, se hace referencia a este asunto y de algún modo se le pone solución, esta solución no pasa de ser una pequeña llamada de atención que no es ni de lejos suficiente. Al igual que les ocurre a Kristina y Adam con Max, la serie es relativamente ciega al problema, y eso hace que toda esta trama resulte bastante fallida. Y un tanto perturbadora.
También problemática, aunque con consecuencias un tanto menos perturbadoras es la trama de Zeek y Drew. Movido por el miedo consecuencia de sus problemas de salud, Zeek se ha dedicado varios episodios a obligar a Drew a dejar todo de lado para acompañarlo en aventuras varias. Y cuando Drew acaba en una situación imposible (o simplemente ocurre que tiene una vida propia que no puede dejar completamente de lado), la serie prácticamente nos exige que nos pongamos de lado de su abuelo. Lo cual resulta, como poco, un tanto incómodo.
Claro que el mayor problema de la temporada está viniendo de la mano de la trama de Joel y Julia. Y es el mayor problema, no porque esté haciendo que sus protagonistas resulten odiosos (aunque también, al menos a veces. El hecho de que sigan sin entender que ellos mismos son responsables de haber creado al monstruo que tienen por hija los hace tremendamente exasperantes), sino porque no tiene el más mínimo sentido. No es coherente y, en su revisionismo histórico, toma al espectador por idiota. Los Braverman, y con ellos la serie, han decidido que Joel es el culpable de la separación, y que Julia tiene que aceptar sus disculpas por razones de amor verdadero y así volver a ser felices. Y esto ni siquiera funcionaría si realmente la culpa fuera toda de Joel, porque ese empujar a Julia a perdonar como lo están haciendo resulta, como mínimo, cuestionable. Y si aceptando que Joel sea el principal culpable esa trama no funciona, sabiendo como sabemos que no lo es (y viendo que la serie se empeña en llamarnos idiotas y en hacer como que todo lo ocurrido en temporadas pasadas no está ahí) funciona incluso menos. Porque la culpa no es toda de Joel, y nosotros lo sabemos. La culpa está perfectamente repartida entre Julia y él. Y no, no estoy hablando de todo el tema de Ed de la temporada pasada, sino de la propia base de la relación, que lleva estando ahí desde la primera temporada y en la que Julia ha sido muchísimas veces tremendamente injusta con Joel. Esa relación nunca ha funcionado del todo por razones mucho más complejas de lo que nos quieren vender ahora. Y que intenten darle la resolución tan barata y cutre que le están intentando dar resulta tremendamente frustrante.
Llama la atención que probablemente el único personaje que está funcionando últimamente sea precisamente Sarah, un personaje al que muy pocas veces han sabido realmente cómo llevar. Y ni siquiera es que ahora sea la excepción. Porque igual que nunca han sabido sacarla de sus triángulos amorosos que por lo visto servían para definirla, ahora ella no es realmente más que una especie de satélite en la historia de Hank. Aun así, por sí misma es un personaje mucho más coherente y, sobre todo, mucho menos desagradable que sus hermanos. Y su relación con Amber, en los tres segundos y medio que han compartido esta temporada, sigue siendo una de las cosas que mejor funcionan de la serie.
Sinceramente espero que en los cuatro episodios que quedan para acabar la serie, sean capaces de solucionar el desastre que han organizado a lo largo de todo lo que llevamos de temporada. Son ya unos cuantos años siguiendo a los Braverman, aprendiendo a quererlos a pesar de sus numerosos defectos. Son ya muchos dramas vividos con ellos. Y por el cariño que le tengo a todo lo que me han hecho pasar, de verdad espero que sean capaces de remontar de alguna manera. Porque lo último que me apetece es despedirme a malas de una serie que he llegado a querer tanto.
Parenthood es emitida por Fox en nuestro país.