París, dulce pecado

Publicado el 03 octubre 2013 por Olivia

Más curiosidades en mis novelas: REGÁLAME PARÍS está llena de tentaciones golosas como esos finales felices que nos endulzan la vida. ¿Qué tal si los paladeamos aunque se con la imaginación?
 "Allí pidió ayuda y le aconsejaron la mejor pastelería del barrio. Yolanda fue paseando hasta allí y compró unos pastelitos variados para llevar al almuerzo con los Laka..."
Si no la mejor, sí la más bonita. Con sus paredes y techo de azulejos antiguos, esta panadería y pastelería artesana se encuentra en la misma rue Sorbier donde vive Patrick. "Se sentó en un café y disfrutó de un chocolate frío sin dejar de contemplar la cúpula dorada de Los Inválidos..."
Éste es el Café Gambeta, en la plaza del mismo nombre, en el que me inspiré para el entrañable Café Arriau, lugar de encuentro que tantas veces aparece en la novela. El lugar ideal para tomar un café au lait avec croissants, como tantas veces comparten en esas mismas mesas de mármol las mujeres de la novela y donde Patrick inauguraba las mañanas de los sábados a su modo preferido: con un café y el crucigrama de Le Parisien.

 "Yolanda tentada estuvo de parar en la terraza del Café Saint-Séverin. Llevaba años soñando con disfrutar de esas míticas tardes ociosas, tan parisinas..."
En pleno boulevard Saint Michel, con la típica disposición de sus sillas de cara a la calle, es el sitio ideal para tomar un café sin prisas y dedicarse a observar el ir y venir de la gente, que en sí constituye uno de los mayores encantos de París.
 "Patrick tomó una cucharada y se la acercó a los labios, invitándola a probar.
—La crème brûlée es como el buen sexo —afirmó dedicándole una mirada intensa—. Cuando la pruebas, siempre quieres más..."

 "Marc paró de pronto ante el tentador escaparate de Ladurée. Entraron en la pastelería. Violette miró a su alrededor, aquel lugar era el paraíso de los golosos..."
  La irresistible confitería de Rue Royal, con su escaparate de torretas de macarons de colores y los pasteles del mostrador... ¡imposible no caer en la tentación!
"Esbozó una sonrisa lenta y la miró sin disimulo, a la vez que
masticaba la barquita de fresa que ella había rehusado..."

Tan cotidianas como un desayuno en la cocina, las hay en cualquier supermercado. Mis preferidas, las de LU.
 "Sentados a la orilla del río, gozaron del placer indescriptible de saborear un cucurucho de Berthillon; ella de chocolate, él de nougat. Yolanda tuvo que darle la razón, jamás había probado nada más delicioso, y la irritó que racaneasen tanto con el placer, porque la bolita sobre el barquillo era poco más grande que una canica..."
 En la isla de San Luis desde 1954. La localizaréis enseguida por las colas que se forman en la puerta, aunque reparte a muchas cafeterías y por todo el centro de París pueden verse los cartelitos que atestiguan que allí se vende auténtico helado de Chez Berthillon . Mi preferido, el de chocolate negro.
  "Se negaba a creer que lo único tangible que le quedaba de París fuera una libreta llena de notas y aquel Antique Café, con su vitrina de tartas y sus sillas de forja con el respaldo en forma de corazón..."
  Si París ofrece delicias dulces, Valencia también ¡y divinas! Para ejemplo, las vitrinas de tartas, mufins, cookies, cup cakes y brownies de Antique Café.

Hasta aquí los dulces pecadillos que encontraréis en REGÁLAME PARÍS. Otro día haremos un repaso de las tentaciones saladas, que también las hay... ¡absolutamente apetitosas!