Una final de Champions League en cierta manera inédita. No porque los finalistas carezcan de jerarquía. Sino porque, en el camino, quedaron otros grandes candidatos como el Real Madrid y el Barcelona por España, la Juventus por Italia, el Manchester City por Inglaterra.
Y sobre todo porque en semifinales aparecían dos equipos que, a priori, difícilmente podían superar los octavos de final: el RB Leipzig y el Olympique Lyonnais conocido popularmente como Lyon.
Atrás quedaron monstruos sagrados y a la final llegan uno que nunca pudo jugarla (PSG) y otro bastante habituado (será la final número 11 y 5 títulos ganados el último en la temporada 2012-2013 jugando contra el Borusia Dortmund la primera final alemana en la historia de la copa).
Una etapa final de la Champions League que pasará a la historia no solo por el particular modo de jugarla a un solo encuentro en un único estadio neutral [en este caso el estadio Da Luz donde juega como local el Benfica en Lisboa, Portugal) sino porque entre las 8 mejores clasificadas entraron 3 outsiders: a las ya mencionadas debemos agregar el Atalanta de Italia.
Ya sea el Bayern Munich como el Paris Saint-Germain ganaron con claridad sus encuentros. Un contundente 3 a 0 en ambos casos marcó la diferencia.
Articulo publicado originalmente (en ingles) y traducido desde:
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