Ya había bastante cola cuando llegamos a la subida a la torre, así que tuvimos que esperar como una hora para poder subir los 400 escalones en forma de caracol.
Por más que busqué a Quasimodo, no lo encontré. Lo único que ví fue la enorme campana que tocaba, así que me quedé con las ganas de charlar un rato con él(aunque ahora que lo pienso, no creo que nos hayamos entendido porque no sé absolutamente nada de francés).
Después de un buen rato arriba admirando las vistas de la ciudad y a mis queridas gárgolas había que bajar los dichosos 400 escalones de nuevo.
Decidimos cruzar el río para dar una vueltecilla y buscar la famosa librería Shakespeare& Co., ahora tocaba mi momento friki del viaje. Paseamos por la librería,que me encantó, y busqué el rincón del que tanto había oído hablar para colocar la pegatina que había hecho para el viaje.
Después del “frikimomento”, fuimos hacia Sainte Chapelle. Llegamos a la cola y, no sé por qué razón, pero cerraban a medio día una hora más o menos.Nos compramos unos bocatas, nos sentamos al lado del río y, después de comer,fuimos de nuevo hacia Sainte Chapelle.Estuvimos una media hora en cola, pero valió la pena la espera. Qué sitio tan bonito.
De allí cogimos el metro hasta Colombier para ver la que llaman la iglesia más fea de París, Saint Sulpice. Para mí es muy bonita, el problema es que está bastante deteriorada. Ahora están restaurando una de las torres, pero el interior lo necesita urgentemente.
He de reconocer que me gusta mucho fotografiar los órganos de las iglesias (a las que tiene, claro) y he de decir que éste es uno de los más impresionantes que he visto.
Seguimos nuestro recorrido hasta el Jardin du Luxembourg. En el parque hay niños jugando, gente practicando tenis (hay canchas), gente jugando al ajedrez….Y de repente llegas a los jardines que están frente al Palais du Luxembourg, muy cuidados y bonitos, donde decidimos sentarnos un rato a descansar.
Desde aquí nos fuimos al Panteón, primero visitamos la cripta y luego el resto.
Mientras paseábamos nos encontramos con La Sorbonne, a la que le saqué unas fotos.
Seguimos el paseo y, sin buscarla, nos dimos de frente con Saint Séverin. Muy bonita también.
Aquí decidimos coger el metro y plantarnos en la parada de Rambuteau. Al salir de ella te encuentras con el Centre George Pompidou. El museo de arte moderno está bastante bien y el edificio…… Había visto fotos pero me dejó sin palabras.
Al salir fuimos a la Place Igor Stravinsky para poder sacarle una foto a la Fuente de Stravinsky que está bastante curiosa.
Buscamos donde cenar y de vuelta al hotel, estábamos muertos de cansancio.