La toma de posesión de los 69 diputados de Podemos este miércoles en el Parlamento español fue un espectáculo vistoso, colorido, nutriente y maternal, muy sudoroso y mefítico, con rastas y piojos, como un nuevo15M en la Puerta del Sol madrileña.
Tuvo la algarabía de la Asamblea Nacional chavista de Caracas, lo cual es una alabanza a la liturgia tropical y caribeña.
Con gestos y símbolos de la ideología alegre y faldicorta, estas falanges brazo en alto y puño más cerrado que abierto deberían haber culminado su centuria con escuadras de chándales rojos con hoces, martillos e insignias bolivarianas.
A Podemos también le faltó que la charanga que acompañó a sus diputados valencianos hasta el Congreso entrara al Pleno para que bailaran La Internacional cara al sol a ritmo de merengue.
Son Señorías, sí, se les trata de Señorías: okupas, mangantes profesionales, profesores de cuarta división, tipos vinculados a los camellos -- de drogas— y detenidos por ello, como el rasta, y como comienza a saberse, además de por Venezuela, pagados por Irán “para desestabilizar este país”.
El neoclásico edificio de Las Cortes españolas carecía de la alegría caribeña de la construcción colonial como el albergue de lo fue el Congreso venezolano.
Luego, en 1999 Chávez lo convirtió en la Asamblea de la hugocracia nacionalsocialista como la que desea Pablo Manuel Iglesias, inspirado por Leni Riefenstahl en “El triunfo de la voluntad”, Triumph des Willens, logró que Carolina Bescansa, la chica “bien y mejor heredera” de Santiago, amamantara a su hijo en el escaño para mostrársenos como la Madre Patria.
Los podemitas anunciaban diferentes revoluciones en varios idiomas, incluido en de los sordos, mientras Bescansa levantaba y exhibía al heredero sabiendo que aquello era el casting para futuros líderes políticos, mientras más de una decena de niños de diputados estaban, ay, en la hermosa guardería instalada allí para ellos desde hace nueve años.
La señora Bescansa fue una estrella como sacada del cine del III Reich, siempre Leni Riefenstahl, ejemplo de la Maternidad. Aunque tiene otro heredero al que no exhibió en un injusto e insolidario ataque a la igualdad, casi, norcoreana.
Como tampoco se vio al padre del bebé, que debería atenderlo simultáneamente para mostrar la paridad de género: como en el Irán que subvenciona a Podemos, el hombre se desentendió.
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SALAS