Charles Bukowski y Henry Miller están completamente borrachosy se desternillan de risa al ver como Arthur Rimbaud intenta asestarleun puñetazo a William Burroughs que rueda por el suelo a carcajada limpia...Un poco más adelante, sobre una mesa de mármol, Julio Cortázar y Borgesjuegan una partida eterna de ajedrez, mientras Onetti y Ernesto Sábatogruñen cada vez que observan un nuevo movimiento.Sigo caminando y observo anonadado como Edgar Allan Poe y H.P.Lovecraftconstruyen una Oui-ja para hablar con los vivos y Oscar Wilde no para dehacer comentarios ingeniosos que no parecen incidir en el humor de un apesadumbrado Charles Dickens.No puedo creerlo, camino entre ellos pisando un suelo blanco repleto de letrasmientras libros revolotean por el aire cual alegres pájaros.Ese caballero que pasa a mi lado y me desliza una hosca miradano es otro que Baudalaire , aquella de allá es Emily Bronte, Heminwayllega con cervezas y whisky y se une al grupo del principio...Me siento como un intruso cuando me situó al lado de Alejandro Dumasque discute con Honoré de Balzac sobre política hasta que HG Wells yJulio Verne irrumpen aparatosamente montados en un estrafalario cacharro que parece averiado. Herman Hesse y Chejov le sirven vinoa Dostoyevsky que parece muy serio y concentrado en algo que escribe.Lorca y Machado tocan las palmas y Emilia Pardo Bazán bebe absentajunto a Blasco Ibáñez que maldice y blasfema a voz en grito.Me alejo y contemplo a José Saramago que intenta convencer a Mario Benedettide que firme sus quejas contra los de arriba.Entonces oigo gritos y un blandir de espadas, en un patio hay dos parejasbatiéndose a duelo, Quevedo y Góngora por un lado y Shakespeare contra Cervantes en el otro extremo.Dante y Goethe parecen ser los padrinos.Entonces todo el mundo se queda quieto y por primera vez parecenreparar en mi presencia. Cervantes se me acerca furioso y me pide la llaveyo no sé a qué se refiere, pero él insiste cada vez más furioso mientrastodos los demás de acercan amenazantes. Rebusco en mis bolsillos y sóloacierto a sacar una hoja arrugada y en blanco, entonces todos ríen de formafantasmal, rien y rien...Otra vez me quedé dormido tratando de escribiralgo, frente a una página en blanco.