Desembocaba el río Guadalquivir hace 3.000 años en un inmenso estuario, en realidad, un gran golfo. La acción humana en sus orillas deforestó el suelo, y propició que aumentaran los aportes de aluvión, haciendo que, poco a poco, la desembocadura se fuera colmatando, formando una barrera y cerrando el golfo en un gran lago, al que los romanos llamaron Ligustinus, donde aún se sueña con encontrar la gran ciudad de Tartessos, que se supone se desarrolló en las orillas de Doñana, el espacio natural más precioso de Europa.
El arqueólogo alemán Adolf Schulten (a quien se debe la excavación de Numancia y fue el descubridor de localizó Mainake (Málaga), Munda y Segeda), y otros después de él, han buscado infructuosamente la capital de la que quizá fue la primera ciudad ibera de la península en algún lugar del Coto de Doñana, sin éxito. De momento.
Flamencos y muchas otras especies animales conviven en Doñana.
En las islas de aquel gran lago se encuentra hoy ciudades como Las Cabezas de San Juan. Los aluviones, aportado también por los río Guadalimar y La Madre de Las Marismas, no se detuvieron y, hacia el siglo V de nuestra era, llenaron aquel espacio, formando lo que hoy conocemos como Las Marismas del Guadalquivir. En esta inmensa llanura. los brazos y caños de los ríos se retuercen sinuosamente y conforman un entramado único, a veces dan lugar a lagos de temporada, llamados lucios, sobre todo en el espacio virgen del Coto de Doñana, en cuyo palacio cuenta la leyenda que pintó Goya a la duquesa de Alba como viaja vestida y desvestida.
Existen restos que atestiguan que etruscos, fenicios y griegos fueron otros pueblos presentes en Doñana. Los romanos incluso llegaron a desarrollar en estas tierras sureñas una próspera industria de salazón. Dada la enorme riqueza en fauna de la zona, la caza era también otra actividad muy practicada, aunque se mantuvo restringida a reyes y personajes ilustres desde que, en 1262, el rey Alfonso X el Sabio convirtió este rincón de la península en Cazadero Real, quedando, de paso, a buen recaudo e los grandes proyectos desarrollistas de la historia. Siglos después, Alfonso XIII, durante catorce años fue cada invierno de montería antes de refugiarse en Roma.
Y así, virgen gracias al aislamiento, llegó hasta finales del siglo XIX, cuando Doñana comenzó a tener relevancia internacional. Para la legión de naturalistas y ornitólogos, ingleses y franceses en su mayoría, que acudían hasta aquí, representaba el gran santuario de Europa. El nombre del parque proviene de doña Ana Gómez de Mendoza y Silva, hija de la princesa de Éboli que, horrorizada por la conducta licenciosa de su madre, buscó retiro en la austera casa-palacio que su esposo, el duque de Medina Sidonia había edificado en la zona. Fue así como el lugar empezó a ser conocido popularmente como el ‘Coto de Doña Ana’, convertido en ‘Coto Doñana’. Felipe González fue el primer presidente de la democracia española que usó el Coto para pasar su tiempo libre e invitar allí a políticos extranjeros como Mijail Gorbachov.
Los linces son los reyes del reino animal que habita en Doñana./Alexwing
Elevado a la categoría de Patrimonio de la Humanidad, sus más de 50.000 hectáreas de superficie se despliegan entre las provincias de Huelva y Sevilla y tienen en el agua a su principal aliado. El gran Parque Nacional de Doñana cuenta con dos espacios diferentes bien diferenciados. Por un lado, la zona marismeña, propiamente dicha. Por otro, las dunas, que se suceden, sin solución de continuidad, desde la desembocadura del Guadalquivir hasta la del Tinto. Son dunas vivas que, en su avance sobe los pinos forman los ‘corrales’, masas de pinos acorraladas, que luego, cuando la arena siga avanzando, se convertirán en ‘campos de cruces’, esqueletos de arboles calcinados. Estas dunas son el lugar preferido de esparcimiento de reptiles como las víboras, las culebras y las lagartijas.
Doñana es un paraíso donde campan libremente unas 500 especies de animales, algunas de ellas casi únicas en el mundo. Aquí conviven el jabalí, la víbora hocicuda el águila real, el lince, el zorro, el ciervo, la tortuga, la garza imperial, el flamenco, e incluso un ejemplar de camello. El lince ibérico, el felino más amenazado de extinción en el mundo, es el rey de los mamíferos de Doñana. Aquí tiene su paraíso. En los cuatro centros de cría que ya existen en la península ibérica hay 143 ejemplares, 44 de ellos cachorros nacidos en 2013, además de tres centenares de ejemplares en libertad.
Once parejas de águilas imperiales anidan en el parque y se han recuperado especies de aves acuáticas como el morito. Cincuenta años después, muchos peligros todavía acechan a este antiguo coto de señoritos. Pero la aventura de la vida prosigue. En este refugio hibernan 100 especies de aves, la mayor concentración de toda Europa, muchas de ellas llegadas de África. Treinta especies de reptiles y batracios, e incontables invertebrados.
Las espectaculares marismas de Doñana./Ultratomio
Repartido entre los municipios onubenses y sevillanos de Hinojos, Aznalcázar, Puebla del Río y Almonte, Doñana engloba tres grandes ecosistemas: cotos, marismas y dunas, junto a dos de transición, la vera y la playa. Hay dunas móviles, y tierras bajas mal drenadas entre brezos, carrizo, pinos, bayunco, jatas y castañuelas. En total, 400 especies de plantas superiores. Casi nada. El parque natural, por todo lo expuesto, está declarado Reserva de la Biosfera y Patrimono de la Humanidad. No podía ser menos.
De información de interés para el viajero es la siguiente. Los itinerarios por el Parque Nacional de Doñana deben concertarse con bastante antelación. Desde el Centro Especial de Acogida de El Acebuche parten a diario excursiones cuyos horarios varían según la estación del año. Las rutas se realizan en todoterrenos. El trayecto es de unos 75 kilómetros y cada vehículo cuenta con guías expertos.
Dónde dormir: Hotel Carabela Club; Sector Laguna del Sopetón, 59; Almonte (Huelva); teléfono: 959448001.
Dónde comer: Parador de Mazagón; Carretera San Juan del Puerto-Matalascaña, Km 31; Mazagón (Huelva); teléfono: 959536300.