Parthenope, nacida en el mar cerca de Nápoles en 1950, es bella, enigmática e inteligente. Muchos la cortejan sin pudor. Sin embargo, la belleza tiene un precio. Un drama alimentado por los celos se convierte en el catalizador de una búsqueda que durará toda la vida: un viaje lleno de encuentros y experiencias extraordinarios.
Sorrentino, ya como es habitual en su carrera cinematográfica, se ocupa del guion. Lo que más sorprende, desde un inicio, de “Parthenope”, es que sea su primera película protagonizada por una mujer. Por desgracia, la habilidad del director tras las cámaras no es la misma que escribiendo mujeres. La película narra la vida de una mujer nacida aproximadamente en 1950 en el mar de Nápoles, desde su llegada al mundo a la actualidad. El problema es que Sorrentino, sacando aquí su mirada más conservadora a nivel social, presenta a un personaje femenino muy basado en la imagen masculina de la mujer. Parthenope, quién da nombre a la película, es una chica bellísima que se va viendo consumida por el deseo y los celos de los demás y, aunque Sorrentino intenta escribirle un desarrollo más “empoderante”, pero falla dándole escenas marcadas por una misoginia clásica que el director de Nápoles no pretende esconder. El argumento de la película es otro de sus puntos más flojos. Teniendo de base el culto a la belleza femenina, al cuerpo y la carne de la mujer, Sorrentino se pierde en un viaje lleno de momentos que parecen despuntar nuevos caminos pero que no llegan a ningún sitio, quedándose en una sola colección de instantáneas y souvenirs existenciales de la vida de nuestra protagonista. Hay un amago de hablar sobre la pérdida y la búsqueda de la identidad propia tras la muerte de uno de los personajes que constan el eje principal del film, pero se siente un camino incompleto y con una resolución algo descafeinada. Aun así, siendo un argumento algo fallido, los momentos que consigue perfilar Paolo son de lo más bonitos y emotivos, dignos de la belleza que anhela retratar con sus imágenes. Momentos que van desde la conexión de Parthe con su mentor (y posterior íntimo amigo) mientras estudia la carrera de antropología, el culmen de la amistad y el amor fraternal en un fundido en forma de abrazo en una fiesta, o el encuentro carnal del primer amor. Todo esto encapsulado, obviamente, por escenas y escenas de nuestra protagonista fumando con una elegancia exuberante. Quizás Sorrentino no sea el mejor guionista de argumentos muy sólidos, pero sí que sabe retratar la belleza del ser como nadie.
La dirección de fotografía vuelve a estar a cargo de Daria D’Antonio, tras trabajar con el director de Nápoles en “Fue la mano de Dios” (2021). D’Antonio tiene una mirada bellísima, especialmente para la iluminación y cómo ella incide en los reflejos de espejos, cristales y, especialmente, el mar, una parte esencial de la película. Además, el uso calculado de travellings está muy bien medido y consigue que la parte visual de la cinta sea de los apartados que más destaquen, cosa que va como anillo al dedo dada la temática que están tratando.El diseño de producción también sigue siendo de un gran nivel, como suele ser en el cine de Sorrentino. Los escenarios de la película van desde gloriosas villas de la alta sociedad en primera línea del mar, con todos los excesos y excentricismos que comportan, hasta las calles barriobajeras y olvidadas de la ciudad de Nápoles, tratadas con una dignidad envidiable. Los departamentos de maquillaje y peluquería también destacan por la caracterización de los centenares de personajes excéntricos que habitan el film, dotándoles de una entrañable belleza a todos y cada uno de ellos. Finalmente, gracias a la colaboración con la marca estilística Saint Laurent, el apartado de vestuario es, obviamente, sensacional, denotando y reforzando la idea de belleza divina que la cinta pretende buscar en toda su totalidad. Todos y cada uno de los personajes tienen un vestuario impecable y, en ese sentido, es uno de los puntos fuertes del conjunto.
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- ##check## Lo bueno
- La bella dirección de fotografía de Daria D’Antonio.
La presencia y magia de Celeste Dalla Porta.
El mundo único y excesivo de Paolo Sorrentino. - ##times## Lo malo
- El retrato que hace Sorrentino de la mujer.
Un guion que deriva sin rumbo aparente hasta un final algo descafeinado.
Un par de escenas son totalmente gratuitas y pueden herir la sensibilidad.
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- Ambientación 7.5
- Gran variedad de escenarios decorados con gran atención al detalle.
- Desarrollo de Personajes 6.5
- Lo más flojo de la cinta. Un desarrollo muy justo y plano.
- Argumento / Guion 6.0
- A pesar de ir sin rumbo aparente, al menos las situaciones son fascinantes y bellas, a su manera.
- Banda Sonora 7.0
- Sensible, delicada y preciosa. Típico de Marchitelli.
- Entretenimiento 6.0
- Tiene sus más y sus menos. Pero al presentar situaciones algo surrealistas consigue atrapar.
- Montaje / Innovación técnica 8.0
- La dirección de Sorrentino sigue siendo impecable y consigue hilar sus escenas con mucha elegancia.
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- Puntuación Total 7 / 10