Escribe sobre lo que realmente te interesa. Lo que no quiere decir que escribas ensimismado o mirándote la pelusa del ombligo. Si consigues que además tu texto interese a otros, vas por buen camino.
¿Realmente lo que te interesa también interesa a los demás? Si escribes de forma muy particular, muy cerrada, empleando referencias que solo tú entiendes, es posible que los demás no lleguen a ti. Pero en definitiva todos somos parecidos. Tiene que haber algo en tu experiencia que en cierto modo implique a cualquiera...
Como dijo Paul Auster, cuando uno escribe sobre sí mismo, ese “sí mismo” se convierte en otro
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