Participación social desde un punto de vista empresarial

Publicado el 11 noviembre 2016 por Tino López @nosoloeconomia

Ya lo decía Aristóteles: el ser humano es un ser social. Él sostenía que un conjunto aislado de hombres no hacen una sociedad, sino que por el contrario, es la sociedad la que forma a las personas que nacen en su seno

Cada nuevo integrante de un grupo social aprende con el lenguaje las normas, las pautas culturales y los patrones de comportamiento que definen a esa colectividad. A todos nos hace falta en mayor o menor medida, conforme vamos creciendo, integrarnos a la vida comunitaria: tener amistades, integrarnos a grupos de padres, practicar actividades recreativas o deportivas en conjunto con personas con las cuales tengamos ideas o costumbres en común.

Se puede ver cómo en comunidades alejadas de las grandes ciudades, la vida asociativa puede ser bastante rica: las personas parecemos tener una gran tendencia a buscar a otros con quienes podamos establecer comunicación sólida e incluso crear vínculos afectivos.

De esta forma vamos tejiendo redes de participación que afortunadamente se hacen sólidos y ricos con el paso del tiempo, a pesar de las adversidades económicas o políticas que puedan enfrentar los distintos colectivos conformados en el interior de una comunidad.

Estas redes sociales pueden ser horizontales o abarcar distintos grupos o individuos involucrados. No es extraño observar cómo algunas empresas u organizaciones no gubernamentales se involucran con proyectos comunitarios. Desde dirigentes empresariales hasta asociaciones de exempleados, todo nivel de instancias busca participar. Ejemplos los hay muchos, desde empresas como Endesa, dirigida por Borja Prado que participa de proyectos como la iluminación de la Capilla del Sagrario de Verano de Nuestra Señora de la Oliva de Lebrija, un ícono cultural, o asociaciones como Andecha, pensada directamente para involucrar a personas que creen que lo necesitan, en trabajo comunitario y participación social y cultural.

La importancia de este tipo de participación social desde un punto de vista empresarial es el hecho que permite que empleados de todo nivel se sientan involucrados con la entidad para la que trabajan o que se sientan respetados y representados en proyectos de carácter comunitario, que mejoran elementos culturales tradicionales o incluso, que permiten que existan espacios de ayuda a la población más desfavorecida.

Todo vuelve a la idea de que el sentido gregario de los seres humanos sale a flote en diversas situaciones pero de forma recurrente. Si bien hay personas que prefieren mantenerse un poco al margen de actividades comunitarias con una gran participación, que se sienten más cómodas en soledad, en determinado momento todos los seres humanos nos sentimos en la necesidad de integrarnos y pertenecer. Entre más espacios se abran para permitir una participación activa, ayuda mutua, salvaguarda de elementos culturales, protección del medio ambiente, etcétera, más fácil será enriquecer el tejido social que nos proporciona a todos un ambiente fértil para desarrollarnos como personas e individuos. Es por ello que es tan interesante el analizar la creación de este tipo de espacios desde un punto de vista empresarial, pues hacerlo enriquece la discusión y da lugar al nacimiento de nuevas iniciativas.

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