Partidos para la historia: munster vs gloucester 2003 "el partido milagro"

Por Rexman

Aprovechando estas fechas traigo a los incondicionales del blog una nueva sección como regalo de Navidad, "PARTIDOS PARA LA HISTORIA", como no podia ser de otra forma dado mi debilidad por el rugby de la isla de San Patricio, el primer partido que recordaremos sera el que fue dado en llamarse "EL PARTIDO DEL MILAGRO".
Todo el que ha tenido que ver con este deporte como jugador,entrenador o simple aficionado recuerda algún partido de su equipo donde a priori la remontada o victoria parecia imposible, pero que resulto un verdadero "milagro" gracias a que la determinación de los jugadores y el apoyo total y absoluto de su publico, la fe ciega hicieron posible la gesta.Os invito a sentaros comodamente frente al ordenador y durante 90 minutos disfrutar del partido y de los comentarios de sus protagonistas.
Munster 33 Gloucester 6, 18th Enero de 2003 Heineken cup "El partido del milagro".
Se esperaba uno de los mejores partidos de la Heineken Cup. No lo fue. La increible victoria de Munster fue una de las más grandes demostraciones fuera del rugby internacional.
Primero las estadísticas. Los irlandeses tenían que batir a Glocester por 4 ensayos y 27 puntos de diferencia para pasar a cuartos de final, a costa de los visitantes ingleses, como uno de los mejores segundos que fueron en su grupo.
Así que Munster lo hizo: derrotó a los ingleses por 4 ensayos y 27 puntos, con el decisivo cuarto ensayo conseguido en el último minuto por el ala de Irlanda John Kelly, su segundo del partido.

Thomond explotó de alegría. Ronan O'Gara, el apertura del XV de Irlanda, fabuloso durante todo el partido, tenía que pasar la conversión para asegurarse el margen de puntos requerido.
Sin considerar quien patea sobre Thomond Park se cierne un estricto silencio siempre, que en esa ocasión fue más contenido y profundo que nunca. Avanzó O'Gara, el rubicundo chaval de Cork, y pasó una patada que venía desde la derecha y toda la provincia enloqueció pues Munster pasaba a cuartos por quinto año consecutivo.
Nunca había sido el himno The Fields of Athenry cantado con tanto fervor. Hombre y mujeres gritaban, se abrazaban, vitoreaban mientras los hosteleros de media Europa planeaban dorados retiros anticipados sabiendo que los irlandeses de Munster iban a llenar los bares de medio continente.


Gloucester, sobresaliente líder de la Premiership durante todo el campeonato, no podía haber estado peor. Sí, estuvieron mal en la touche. Sí, Henry Paul fue un lastre de zaguero, pero Gloucester fue literalmente barrido de la HC por una fuerza de la naturaleza.

Phil Vickery, el capitán de Gloucester, antiguo jugador de Redruth sabe de esas ocasiones, pues conoció bien la Esquina del Fuego del Infierno, pero Thomond Park fue el lugar donde los habitantes del Hades festejan y meriendan. Por comparación el estadio de Gloucester es el Paraíso.
No funcionaron las matemáticas ese día. Los irlandeses podrán ser unos de los más decididos competidores en su casa de Limerick, pero domar a Gloucester, un conjunto hecho entonces a la imagen de Munster, no se creía posible. Y sin embargo el mantra de la semana fue "con Munster todo es posible". Solamente Thomond Park es tal cosa posible.
Saben como enardecer a una multitud, como si necesitaran ningún incentivo. Antes del partido, la leyenda de Limerick Peter Clohessy recibió un trofeo cuyo motivo nadie recuerda, y que no importa. La mecha de la exaltación se había encendido. Luego Anthony Foley, el poderoso No 8, saltó al campo el primero en honor a su 50ª defensa de los colores de Munster.
Y comenzó el partido, con la táctica más previsible, altísimas patadas a seguir que hacían rogar al zaguero Paul,
"Dios mío, llévame de vuelta a casa".
Justo después de que un ataque vertical de Foley acabara frenado casi en la marca, recibió Munster una serie de golpes a favor aunque sin que se cobraran la expulsión temporal de un inglés, que el árbitro francés, Joel Jutge, perdonó.
Munster, ávido de ensayos, prefirió melés para que finalmente Peter Stringer el pequeño medio de melé se colará por el cerrado y dejara a Kelly lucirse para posar en la esquina mientras la multitud enloquecía. Los de Munster continuaron martilleando la línea de marca visitante, hasta que el flanker de Gloucester Buxton su enviado al sin bin por hundir un maul.
Entonces, en el tiempo de descuento de la primera mitad una patada de Jason Holland acabó en ensayo cuando el ala Mossie Lawlor posó. Thormond' explotó de nuevo y Munster se fue al vestuario con un 16 a 6 de ventaja.
Luego más de lo mismo del monumental paquete de delanteros de Munster, con el joven O'Callaghan legendario a imagen de su maestro Mick Galwey, aunque no pudieron aprovechar su ventaja numérica. fascinante, demoledor, con Gloucester feliz si solamente concedía un golpe para evitar una carnicería.

Otra patada alta de O'Gara sobre Paul con 12,000 gargantas empujandola y otro error de Paul. Otro golpe de O'Gara, el segundo, para sumar más puntos.
Nunca vimos tanta pasión en un equipo de rugby, cargando contra los cuerpos de los jugadores de Gloucester como juramentados. Y una jugada inspirada de Holland, entonces: el centro, que vio al segunda con espacio por delante, colocó una patada alta sobre una esquina del campo, para que el gigante de 2 metros superara a los tres cuartos ingleses en el salto y posara para el 26 a 6.
Munster estaba a un paso de la gloria. Aunque todavía hubo de esperar unos segundos agónicos, cuando Munster se dejó todo en el campo para ese segundo ensayo de Kelly seguido de la milimétrica conversión del frío O'Gara. El resto es historia, y también histeria para los locales.

cronica recogida de The Telegraph (traducción de Phil Blakeway)