Pasado, presente y futuro del psicoanálisis

Publicado el 19 octubre 2010 por Hugo
Aunque históricamente el psicoanálisis tuvo aspiraciones científicas –siempre se propuso desarrollar una ciencia empírica de la mente que pudiera verificarse–, rara vez fue científico en sus métodos. A lo largo de los años, no pudo someter sus hipótesis a una experimentación que pudiera reproducirse. De hecho, siempre fue más fructífero para generar ideas que para verificarlas (...) En la época en que yo llegué a Harvard para mi formación en psiquiatría, se habían hecho ya algunas incursiones importantes desde la biología para comprender los procesos mentales superiores. Pese a esos avances, cierto número de psicoanalistas adoptaron una posición más radical aún: según ellos, la biología no era aplicable al psicoanálisis (...) El problema más grave era la falta de interés de los psicoanalistas por llevar a cabo estudios objetivos e, incluso, por tener en cuenta el sesgo del investigador (...) Afortunadamente, no todos los psicoanalistas pensaban que la investigación empírica carecía de importancia para la disciplina. En los cuarenta años transcurridos desde que terminé mi formación clínica, dos tendencias distintas adquirieron mayor impulso y comienzan ahora a ejercer una influencia significativa sobre el pensamiento psicoanalítico. Una de ellas es el reclamo por una psicoterapia que se fundamente en pruebas empíricas. La otra, y más difícil, es el intento por lograr que el psicoanálisis y la naciente biología de la mente naveguen por un mismo cauce (...) Necesitamos un enfoque biológico de la psicoterapia. Hasta no hace mucho tiempo, había pocas maneras convincentes de verificar las ideas psicodinámicas o de evaluar la eficacia de un enfoque terapéutico en comparación con otro. La combinación de una psicoterapia breve eficaz y las imágenes funcionales del cerebro puede ser exactamente lo que faltaba (...) Si hubiera sido posible obtener imágenes del cerebro en 1895, cuando Freud escribió su Proyecto de psicología para neurólogos, es probable que hubiera orientado el psicoanálisis por otros rumbos, manteniendo la estrecha relación con la biología que esbozó en ese ensayo.
Eric Kandel, Biología de la mente.
Anexo 1. Hace aproximadamente año y medio le dediqué algún que otro post al psicoanálisis. Entonces, creo, demostré una (relativa) ignorancia que hoy me gustaría subsanar con este post. Ahora opino que la cuestión no es psicoanálisis sí/psicoanálisis no, sino qué clase de psicoanálisis queremos hacer, qué línea seguir. En el fondo da igual qué nombre le pongamos a la disciplina (psicoanálisis, psicoterapia, biopsicoterapia, psicología a secas...), lo que importa es si produce o no conocimiento valioso y si cumple o no con las expectativas generadas. ¿Qué opináis?
Anexo 2. Por aquella época moría Ignacio Ruiz Lafita, mi tío. Entre otras muchas cosas fue psicoanalista y escribió un libro que se ha publicado recientemente (pinchad aquí para la versión en papel y aquí para la versión online). Aunque sólo he leído unos cuantos capítulos y carezco quizá de la formación necesaria para juzgarlo de un modo equilibrado, por el momento me resisto a dejar de ser crítico con él. Animo no obstante al lector interesado en el psicoanálisis a que se forme su propia opinión.