Ya sé que habrá medio país (y no creo exagerar) llorando por la derrota de la selección española de fútbol en las semifinales de la Copa Confederaciones ante Estados Unidos y de esa mitad –es lo que uno ha escuchado en la radio– un alto porcentaje exigiendo ya la dimisión de Vicente del Bosque.
Pero con la que está cayendo ante las conclusiones del Consejo Fiscal, organismo asesor del Fiscal General del Estado, según las cuales la ley de plazos prevista en el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo es inconstitucional, por cuanto deja en desprotección al nascituus, según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional; repito, con la que está cayendo va a ser genial ver cómo la Iglesia seguirá en sus trece y seguirá martilleándonos con que dicha reforma supondría un mayor abandono de las madres gestantes (?) y un daño muy grave para el bien común (?!), continuará diciendo a estas alturas de la historia que no se puede dejar la decisión de abortar al arbitrio de la mujer ni entenderá que la interrupción del embarazo sea una decisión privada y pedirá la excomunión (¿se atreverán a hacerlo?) para cualquiera que participe directamente en un aborto.
Y es que según la Iglesia ya no hay libertad religiosa...¿Que no hay libertad religiosa? ¿Y entonces cuándo la ha habido? ¿Cuando era obligatorio casarse por la Iglesia y si no bautizabas a tus hijos todos tus familiares y vecinos te miraban mal? ¿O quizás cuando era ilegal el divorcio? Ahora afirman que soportan insultos, ofensas y agravios y parecen olvidar su propia historia. En fin, quizás por eso les moleste que alguien libremente decida colocar un texto como este en un autobús
(y no vamos a entrar en si el texto está bien escrito o no, esa es otra disquisición)
Pero vamos a pasar de todo, a pasarlo bien, que se acercan los días de verano y todo el mundo viste como le da la gana y todo lo anterior se puede convertir en una sonrisa si el dichoso autobús de la discordia fuera éste