Pascual Sala afirma que el Estatuto catalán “está vivo y fue validado en referéndum”Pascual Sala, expresidente del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, aseguraba el pasado martes que es “imposible” acusar a los políticos y activistas independentistas procesados por el “procés” de delitos de rebelión y sedición. A su juicio, en Catalunya no se produjo un levantamiento violento, por lo que ve “difícil” que esos delitos puedan existir. El magistrado recordó, ante los micrófonos de Rac l, que esa opinión es compartida por muchos penalistas y muchos magistrados. “Para mí es muy difícil, por no decir imposible, que exista un delito de rebelión y me parece problemático que exista un delito de sedición”, aseguró. “Puede haber jueces que crean que ha habido una rebelión, que tengan más conocimiento que yo”, explicó, después de asegurar que la suya no es una opinión política sino jurídica, con la que se puede discrepar. Sala es uno de los magistrados que ha ostentado los máximos cargos de la judicatura. Con ese bagaje, el magistrado defendió la independencia judicial, asegurando que cualquiera que sea la decisión final de los jueces “debe ser respetada. Sin perjuicio del derecho que se tiene para opinar de sus decisiones”. Lo que no fue obstáculo para que opinara en contra de la llamada judicialización de la política. “Hay que evitar que la política acabe derivando en cuestiones judiciales”, dijo, al entender que “las prisiones no ayudan a resolver los problemas políticos”. Tanto en Eldiairo.es. como en Infolibre, como en los principales medios de difusión, se ha difundido la idea de que “las cárceles no ayudan a resolver los problemas políticos, y que la singularidad de Cataluña y el problema de los catalanes es fundamentalmente político, no judicial”.
La aplicación de estas penas obedece, siempre según el borrador de la Fiscalía al que tuvo acceso Europa Press, a la integración del delito de malversación de caudales públicos y el de rebelión, lo que obliga a aplicar las penas agravadas. No obstante, la petición de cárcel para los líderes separatistas podrá verse finalmente rebajada una vez se celebre el juicio, en el turno de conclusiones definitivas, según señalan las mismas fuentes. Se baraja pedir un primer nivel de penas, de entre 20 y 25 años de prisión, tanto para Junqueras como para el resto del exGovern en prisión, para los exconsejeros Joaquim Forn (principal responsable de los Mossos de'Esquadra) y para el resto de los que se encuentran en prisión. En un segundo nivel de penas, se estudian pedir entre los 10 y 15 años (que podrían llegar a los 20 en función del grado de responsabilidad) para los procesados que no tienen malversación, como son la exvicepresidenta Carme Forcadell y los responsables de los movimientos civiles Jordi Sánchez (Asamblea Nacional Catalana) y Jordi Cuixart (Ómnium Cultural). El resto del exGovern procesado y otros diputados que también lo fueron por Llarena podrían aparecer en el escrito con penas más bajas, de entre 5 y 10 años, o incluso quedar fuera de la petición fiscal según las mismas fuentes. Pese a que este procedimiento tiene 25 procesados, el escrito que preparan los fiscales Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal, Fidel Cadena y Jaime Moreno, no se dirigirá contra todos ellos, debido a que el propio Puigdemont, cinco de sus exconsellers y las mandatarias de ERC y la CUP, Marta Rovira y Anna Gabriel, se encuentran huidos de la Justicia española y se prevé que sean juzgados en otro procedimiento diferente. Por otro lado, Trapero se sentará en el banquillo de los acusados por dos delitos de sedición y uno de organización criminal; mientras que César Puig y Pere Soler sólo están imputados por un delito de organización criminal y de sedición.
El pasado miércoles, David Bollero, en un artículo en Público titulado “El Borbón impermeable ya está calado”, hablaba de los gestos públicos de la ciudadanía que dejaron en evidencia que una España no quiere monarquía y no acepta a Felipe VI como Jefe de Estado por el simple hecho de que se apellide Borbón. “Una escoba o unos diplomas sirven para un mismo cometido: decir NO al Borbón. Durante mucho tiempo, la Casa Real y el Borbón de turno (Juan Carlos I y Felipe VI) se han presentado como dos personajes impermeables al desprecio que much@s español@s sentimos por la monarquía; impermeables a las críticas de quienes vemos profundamente deshonesta su propia figura al no prestarse siquiera a escuchar la opinión de la ciudadanía sobre su continuidad. Eso ha cambiado: el Borbón ya está más que calado por la ciudadanía. Tan grande está siendo el chaparrón que le cae al Borbón, que su impermeabilidad ha perdido efectividad. Por mucho tratamiento repelente que PP, PSOE y C’s le quieran aplicar, está calado. El rechazo de Felipe VI a coger una escoba en Mallorca para ayudar a las personas afectadas por las inundaciones porque ‘ahora no puedo’ choca, por ejemplo, con aquellas otras de los príncipes William y Harry en 2014, con el agua hasta las rodillas, pasándose sacos de arena en las inundaciones de Datchet (Berkshire), en Reino Unido. Más contundentes aún si cabe son el plantón y las declaraciones de Diego Fernández y Juan Martínez, dos antiguos alumnos de la universidad de Oviedo con los mejores expedientes de su promoción. Su comunicado conjunto es una bofetada de realidad para el Borbón, asegurando que estos premios se han usado ‘todos los años para hacer un lavado de cara a una institución como la monarquía que cada vez representa a menos personas, sobre todo a las generaciones más jóvenes’. En su misiva, los estudiantes aseguran que los ‘evidentes casos de corrupción, su relación con dictaduras y ventas de armas o el origen franquista de su implantación en nuestro país no hace sino negar su legitimidad’. Hoy hay muchas personas que sentimos más orgullo por estos dos estudiantes que por el monarca, que nos sentimos mucho más representados por ellos que por un tipo cuyo único mérito es apellidarse Borbón.
“Es evidente -escribe Eduardo Bayona en Público- que hay un deterioro creciente de la imagen de la monarquía en su versión borbónica”, según señala el politólogo y editor de la revista Viento Sur, Jaime Pastor, a la vista de los últimos, y cada vez más frecuentes, episodios de desafección a la corona: desde los estudiantes de excelencia de Oviedo que rechazan asistir con Felipe VI y Letizia a los actos de los premios Princesa de Asturias al joven que durante los trabajos posteriores a la riada mortal de Mallorca prefiere ofrecerle al rey una escoba que saludarlo, pasando por la resolución del Parlament catalán que condena la posición real ante el 1-O y que el Gobierno central tiene previsto llevar ante el Constitucional. No han sido los únicos. Felipe VI fue abucheado al llegar en agosto del año pasado a la manifestación contra el terrorismo en Barcelona tras los atentados de las Ramblas y Cambrils, aunque también recogió apoyos, y también, hace unas semanas, en la Universitat de València, donde presidió la apertura del curso. Hay claros síntomas del deterioro de la imagen de la corona, cuando menos en varios sectores de la sociedad y en algunas capas de la población entre las que destacan las más jóvenes. Sin embargo, hace tres años que no hay datos oficiales sobre la valoración de la monarquía ya que el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) dejó de preguntar por ese aspecto en sus barómetros. Para entonces, la nota era un suspenso (4,34 sobre diez), mientras un 57,4% de ciudadanos que valoraba positivamente la labor del rey convivía con otro 41,2% al que esa figura les inspiraba poca o ninguna confianza. Y no parece que el nuevo equipo del CIS tenga entre sus planes volver a preguntar por ello, al menos a corto plazo (…) Todo eso, a lo que se suman otros aspectos como el presupuesto de la casa real en un contexto de recortes –anota Pastor-, lleva a un deterioro de la imagen y a un aumento del rechazo, sobre todo en los estratos más jóvenes, los que no vivieron la transición (…) Mientras tanto, las formaciones políticas continúan alimentando el debate. Desde la derecha, Pablo Casado (PP) anima a incluir un ‘¡Viva el rey!’ en las conversaciones, mientras Podemos y PSOE incluyen en su acuerdo presupuestario la despenalización de las injurias a la corona y la recuperación de las preguntas sobre la monarquía en los barómetros del CIS”.
Hace cien años, se inauguraba el Metro de Madrid. Y hace unos días, el rey Felipe VI, quiso imitar el mismo trayecto que, en su día, realizara el rey Alfonso XIII, entre Sol y Cuatro Caminos. En esta ocasión le acompañaba el presidente madrileño, Ángel Garrido, en los actos conmemorativos de los 100 años de vida del suburbano madrileño. El Rey Alfonso XIII inauguró la primera línea, que recorría el tramo Sol-Cuatro Caminos, el 17 de octubre de 1919, en el primer recorrido del tren por las vías subterráneas madrileñas. Felipe VI fue de Sol a Chamartín y quedó alucinado.
Las imágenes desataron el cachondeo en las redas sociales sobre el primer y único viaje del monarca en el transporte suburbano. He aquí algunos de los ejemplos:
- Rápido!! la monarquía necesita mejorar su imagen, ¿qué hacemos?+ Pff vamos a montarlo en el metro!! Cumple 99 años pero da el pego como #CentenarioMetro - Ok, pero entre el populacho que no se mezcle eh!(@josehumz)
- ¡Que buena gente y que limpio esto del Metro! A partir de ahora lo usaré todos los días para ir a trabajar...
- A trabajar, dice...#CentenarioMetro #FelizMiércoles Imagen: ElMundo..aquí, esperando al rey, para tomar unas cervecitas. (A. Fernández Moreno)
"Próxima estación III República...final de trayecto..."
#CentenarioMetroOtras fotomontajes y las imágenes más sorprendentes de esta semana:Tremending Topic. 'Que el salario mínimo llegue a 900 euros es un lastre, pero mantener a los reyes con 8 millones es un beneficio social incalculable'.
Manifestantes republicanos protestan ante la presencia de los reyes en los Premios Princesa de Asturias. Las protestas y las pancartas contra la monarquía han vuelto a ser protagonistas una vez más en la entrada del teatro Campoamor de Oviedo ante una nueva edición de los Premios Príncipe de Asturias que ahora se llaman Princesa Sofía. Grupos de manifestantes, entre los que se encuentran las Marchas de la Dignidad, se congregaron a la entrada del teatro. Entre los manifestantes, una gran pancarta que rezaba: “Asturies nun tien rei”. Por otro lado, una concentración espontánea “por la Unidad de España”, propiciada por la situación en Cataluña,repitiendo los vivas a España y los pasodobles de Manolo Escobar.
Manifestantes por la unidad de España en los aledaños del Teatro Campoamor.
Dos arcángeles republicanos y un borbón.
Palo Casado y Pablo Iglesias.
Gana la Banca.
“Así exhibieron unos agentes en Pola de Allande (Asturias) un lobo muerto en la rueda trasera del vehículo. Veo esto y siento vergüenza de mi país”, denuncia el portavoz de Equo en Twitter y uno de Izquierda Unida.
Jalea y jaleo real,
“Para soñar no hay que cerrar los ojos; para soñar hay que leer”. De Michel Foucault.
Música colgada entre cables.
Todos estamos en el mismo pozo, pero algunos miramos las estrellas. El abanico de Lady Windermere, de Oscar Wilde.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, B. Vergara, Manel F., J. R. Mora, Pat, Tueldús, Malagón…
Argumento espejo.
Las inundaciones mallorquinas de Sant Llorenç
Ya lo contaba Forges en ese dibujo.
Los vídeos de esta semana: El rifirafe entre Dolors Montserrat y Carmen Calvo en el Congreso