Tras la visita a Meiji Jingu Shrine encaminamos nuestros pasos al cercano distrito de Harajuku, sin duda uno de los grandes descubrimientos de este viaje a Japón. Antes del viaje todo el mundo nos había hablado de los templos, de Tokyo, de Kyoto, de Hiroshima… y al hablar de la ciudad todo el mundo nos hablaba de Shibuya, del Palacio Imperial… pero nadie nos habló de Harajuku. Por este motivo no le dimos el tiempo que se merece este fantástico distrito de la ciudad de Tokyo.
Podríamos decir que Harajuku es el Soho neoyorquino de Tokyo. Es sin duda alguna, el barrio más encantador del Tokyo que hemos conocido. Calles llenas de tiendas, de gente, de vida, encantadoras casas de madera de no más de 2 plantas, tiendas a pie de calle, en sótanos y en primeras plantas. Tiendas de moda con todo lo imaginable, gente vestida de la más diversa forma, colores o tendencias. Sin duda alguna Harajuku ha de ser la meca de un coolhunter. En un rato hemos visto más tendencias de moda que en todo el resto del viaje.
En este distrito hay, como decimos, multitud de tiendas adorables en las que pasar tanto tiempo como quieras. Hay además multitud de tiendas de elementos varios para mascotas, que harán las delicias de los amantes de los animales como nosotros, que compramos varias cosas para nuestra perrita y nos quedamos con las ganas de comprar otras muchas por falta de espacio o por elevado precio… en el fondo somos pobres trabajadores!!!
Continuando con nuestros maravilloso paseo por Harajuku, llega la hora de comer y nos dirigimos junto con Sumiko, nuestra acompañante hoy, al restaurante Sakuratei famoso por sus Okonomiyaki, la tortilla japonesa, donde vamos a probar este plato que no habíamos probado aún. El restaurante está en los laberínticos bajos de un edificio de madera pintado de miles de colores que tiene una clara influencia hippie y que para empezar nos ha encantado. Tiene mesas dispuestas en el interior del local y a lo largo de un patio sombreado y tranquilo donde decidimos sentarnos a tomar nuestro almuerzo.
El hecho de ir acompañados de una local no es que ayude mucho, es que ayuda muchísimo… En este caso es Sumiko quien se encarga de pedir las bebidas y de explicarnos las comidas. Hay dos tipos de tortillas en este restaurante, Okonomiyaki y Monja-yaki y decidimos pedir de ambos tipos y con diferentes ingredientes. Otra ventaja que tiene este restaurante es que te permite comer tanto como quieras o puedas durante 1 hora y media por el mismo precio, lo que para nosotros era perfecto, pues nos permitía probar muchas más opciones.
Tras una hora y media comiendo sin parar, probando cosas nuevas y lo divertido que ha sido hacerse la comida, pues en este restaurante te traen los ingredientes y has de hacerlos tu en una plancha enorme que hay en la mesa, partimos para terminar nuestro paseo por la zona de Harajuku que de hecho nos llevará hasta Shibuya donde pasaremos la tarde