Hoy, aprovechando que tenía la mañana libre, estaba decidido a dar un paseo por las "olvidadas" Lagunas de Palos.
Estos días ha llovido con fuerza pero la previsión decía que no caería nada a partir de las 11 de la mañana, así que, en el peor de los casos, tendría un par de horas de campeo después de la lluvia.
Salí a las 8 de casa y el cielo estaba despejado. Me dirigí a la cercana Laguna de la Mujer. La primera impresión es escandalosa: los invernaderos llegan hasta la misma orilla del agua. Es increíble como la administración permite estos atentados a los pocos reductos de Naturaleza que nos quedan.
En fin, quería relajarme unas horas así que intenté alejarme de la carretera y colocarme en un lugar con buena visibilidad y en el que no viera plástico por ningún lado. Casi lo logré, y pude centrarme en la observación.
Lo primero que llama mi atención es una lejana Garceta grande (Egretta alba) posada en la orilla del carrizo y un grupo de 6 juveniles de Espátula (Platalea leucorodia). Uno de ellos marcado con anillas de colores (parece ser que es de procedencia holandesa).
En la parte más lejana de la Laguna y, entre sombras, se alimenta un Calamón común (Porphyrio porphyrio). Comienza a chispear, y me decido a volver al coche.
La segunda parada, dentro de este complejo de lagunas, es la Turbera de las Madres (la mayor de la Península Ibérica!). Esta zona está aún más silenciosa y, por momentos, parece que me encuentro a cientos de km. de la civilización. Luego me fijo en que aquí también llega el plástico casi hasta el agua y vuelvo a la realidad ;(
La tranquilidad de esta mañana gris se rompe por la algarabía que forman los cientos de Picos de coral (Estrilda astrild) que pululan por las orillas de la laguna. Sin duda es el ave exótica invasora con más éxito en nuestras latitudes, y aún no sabemos qué efectos reales tendrán en nuestro ecosistema.
También son muy escandalosos los Rabilargos (Cyanopica cooki). La densidad de esta especie en la zona también es digna de mención. Sirva como ejemplo la huella en los frutales a su paso...
Entre ánades reales, me sorprende un pato de colores más apagados que resulta ser un ejemplar de la amenazada Malvasía (Oxyura leucocephala).
Comienza a llover con algo de fuerza y salen volando algunas aves que hasta ese momento no había visto, pero la causa no es el agua que cae sino un Águila calzada (Aquila pennata) que entra en escena volando bajo. Tras una vuelta por la lámina de agua (como si de un aguilucho lagunero se tratara) se posa en un eucalipto lejano, en una rama casi escondida para mi. Muy probablemente sea invernante en la zona:
Los meteorólogos una vez más dan en el clavo (ironía on) y a la hora que decían que dejaría de llover es cuando empieza a hacerlo con fuerza. Me planteo volver a casa, pero de camino decido parar en el Parque Botánico Celestino Mutis.
Sigue lloviendo, pero con chubasquero y capucha me doy un paseo por este bonito parque. Una vez más, bastantes rabilargos por todos lados, pero pocos pajarillos.
Por fin, un pequeño paseriforme vuela delante de mi y se posa en una rama cercana: resulta ser un despistado Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), que anda un poco retrasado en su periplo migratorio.
Aún estaba liado con el papamoscas, cuando me parece escuchar un reclamo lejano que me resulta familiar y que hace que mi pulso se acelere. Me dirijo rápidamente a la zona de donde procedia y me pongo a escudriñar cada rama de todos los árboles y arbustos cercanos. Tras un par de minutos sin éxito, ahí estaba de nuevo el reclamo, esta vez muy cercano e inconfundible. Tenía a mi alrededor al visitante siberiano de moda en nuestro país: el Mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus).
El canto provenía de los únicos árboles altos de la zona. En ese trío de pinos piñoneros se movían unos cuantos pajarillos y, entre ellos, localizo rápidamente al bilistado. Se mueve de manera nerviosa por la parte central de las ramas, donde llega poca luz, y es complicado poder hacerle una foto. En un momento dado, otro mosquitero se acerca a interaccionar con éste y...resulta ser otro Bilistado!!!
Me quedé otros 15 minutos intentando saber cuantos ejemplares entre los 7 u 8 mosquiteros que había en esos árboles eran bilistados, pero la lluvia era cada vez más fuerte y calaba la ropa.
Espero volver otro día y comprobarlo...
Alberto Plata