Pasión

Publicado el 01 julio 2011 por Dean

Me pregunto si el movimiento indignado nació de los intelectuales, ya que esta palabra me suena muy culta, muy objetiva, y yo no me siento indignado, estoy preocupado. El movimiento indignado parece querer hacer algo rebelde, positivo, estimulante, renovador. Hasta ahora lo que ha mostrado es un inconformismo agresivo aunque pacífico, en el que falta aún coherencia, y la coherencia que falta es el cambio de la mentalidad del pueblo, que cambie la apatía de la mayoría de la gente, su carencia de impulso social, su democrática tolerancia hacia el fraude, el haberse acostumbrado a los chorizos de turno y seguirles votando porque "es lo que hay". Seguir con la tele encendida cuando se sabe que se falsea la información, que las editoriales se escriben con intereses personales y partidistas; por periodistas que usan todo su profesionalismo, su inteligencia, su preparación y su lucidez para escribir sobre temas en los que no creen y que saben que son corrosivos para la sociedad. A mi no me indigna que los izquierdosos ya ni siquiera disimulen su aburguesado acomodo, esto me cabrea. Hay mucha gente que entiende lo que está pasando, que cree que es absurdo lo que está pasando, pero se limitan a lamentarlo. Falta pasión. De nada sirve ser (como lo hemos sido desde hace mucho tiempo) serenos, objetivos, ya que la objetividad es inofensiva, no sirve para cambiar el mundo, ni siquiera para cambiar al país más pobre del grupo de los ricos. Hace falta pasión a gritos, pensada a los gritos, escrita a los gritos y manifestada a todo pulmón. Hay que gritarle en el oído a la gente, ya que su aparente sordera es una especie de autodefensa, de cobarde y malsana autodefensa. Hay que lograr que se despierte en los demás la vergüenza de sí mismos, que se sustituya en ellos la autodefensa por el autoasco. El día en que el español sienta asco de su propia pasividad, ese día se convertirá en un hombre útil.