Y también he de reconocer que procuro no perderme ningún partido, el otro día incluso con mi nieta de 3 años, gritábamos España-España tanto cuando Iker paro el Penalti como cuando Villa marco el gol de la Victoria en semifinales.
Que conclusión saque y más calmado reflexiono;
Os imagináis como funcionarían nuestras empresas, nuestras organizaciones, si afrontáramos las tareas diarias con la misma pasión que vemos un partido de futbol.
Estoy seguro que extraordinariamente con más eficiencia que lo logramos en la actualidad, cual es la diferencia. La actitud transformadora que precisa cualquier organización y más empresarial. Piénsalo y además no estás solo.