Entrada original del día 10 de abril de 2009 a las 00:53 horas, y suprimida (censurada) por Blogger© tras "denuncia" yanqui (de la DMCA, Digital Millennium Copyright Act). Quitados unos pocos links de la llamada "tierra de la libertad" (por si es parte de su "queja"), la dejo como estaba ¡y CON LOS VÍDEOS!:
Jueves Santo a la noche -casi madrugada- me puse La pasión según San Mateo de Bach en una grabación de 1971 con el siguiente elenco: el tenor Peter Schreirer (evangelista), el bajo Ernst Gerold Schramm (Jesús), el bajo-barítono Siegmund Nimsgern (Judas, Pedro, Caifás, Pilatos), la soprano Helen Donath, la mezzo-contralto Julia Hamari, el tenor Horst R. Laubenthal y el tenor Walter Berry, con el Coro de Niños de Münich, el Coro y Orquesta de Münich con la dirección de Karl Richter. Era mi referencia de Bach cuando lo echaban incluso en blanco y negro en la única televisión de entonces. Aquí dirige desde el clave en los recitativos y una versión que creo hubiese querido intentar Max Valdés: grandes masas de intérpretes pero con volúmenes y tempi contenidos (sin entrar en comparaciones de duraciones: los 197 minutos que dura ésta de Richter frente a los casi 223 de Kemplerer o los 154 de Ton Koopman que apunta Fernando López Vargas-Machuca en las notas del DVD de la colección de Altaya), y el gesto igual, sin aspavientos, la batuta casi imperceptible y la mano izquierda "templando".
En aquellos años de estudiante de música y bachillerato no sabía nada de criterios historicistas, como mucho Wanda Landowska que tocaba a Bach en el clave mientras todos lo hacíamos al piano. Y hacíamos reguladores, usábamos el pedal... Pero la música de El Kantor de Santo Tomás de Leipzig seguía y sigue emocionando independientemente de la musicología. Luego con muchas lecturas y horas de estudio descubriría que Harnoncourt había hecho en 1970 la primera grabación "historicista", las interpretaciones románticas "clásicas" o la intermedia de Helmuth Rilling de "utilizar efectos "modernos" pero con articulación a medio camino entre la tradición decimonónica y lo que conocemos sobre las prácticas barrocas" (como escribe Fernando López Vargas-Machuca). Pero hoy no quiero meterme en harina de otro costal ni en camisa de once varas.
Y claro, Viernes Santo, mañana de nueva pasión, mismo "reparto" pero con La pasión según San Juan. Aplicar lo dicho anteriormente, disfruté olvidándome de las interpretaciones ceñidas a la historia, como lo hice en su momento con Pablo Casals dirigiendo los Conciertos de Brandeburgo con el piano en el continuo (que también hiciera Glenn Gould). Sí me llamó la atención que Richter utilizase un laúd barroco y las violas de amor para la época (1971), así como el propio clave junto al órgano.
Y después de comer no podía dejar de ver y escuchar el Requiem de Mozart con Karl Böhm (Graz, 1894-Salzburgo, 1981), otro referente aquí para el genio de Salzburgo, al frente del Coro de la ópera estatal y la Orquesta Sinfónica de Viena con los siguientes solistas de lujo para esta obra: la soprano Gundula Janowitz (insigne mozartiana), la contralto Christa Ludwig (que ha grabado con los mejores, Giulini, Kemplerer... y le acaban de dar el "Premio especial a toda una carrera" de los Premios Líricos Teatro Campoamor 2009), de nuevo con el tenor Peter Schreirer (no sólo experto en Bach sino también en Mozart y con las batutas más prestigiosas) y el bajo Walter Berry, otro "experto" en los dos compositores que me ocupan. Un requiem sombrío, lúgubre, amenazador, con tiempos lentos, reguladores del clasicismo y contrastes tímbricos que nada tienen que ver con el recientemente disfrutado de Fauré. La dirección de Böhm de nuevo sobria, sin grandes gestos pero muy conciso, preciso y "todo bajo su mando", además como dice Ángel Carrascosa Almazán en las notas que acompañan este DVD de DG de la colección Altaya, "visión profundamente dramática, mucho más interior que altisonante, que transmite una serena aceptación de la muerte, mostrando rebeldía ante ella sólo ocasionalmente. Se percibe un indefinible pero palpable consuelo y una belleza que todo lo envuelve". Cómo me gustaría poder escribir así, pero ya que lo hacen otros, y aquí lo reflejo.
Para la noche y después de "postear" ésto me veré la Misa de Requiem de Verdi, una visión lirica de la muerte, aunque con dudas sobre la versión: Karajan con el Coro y Orquesta de La Scala (el 3 y 4 de mayo la dirigirá Dudamel, aunque no figura en la agenda oficial, con la Cuarta de Mahler y la soprano portorriqueña Ana Mª Martínez) con Leontyne Price, Fiorenza Cossotto, Pavarotti y Nicolai Ghiaurov, o la más "cercana" de Jesús López Cobos con la OSPA, el Orfeón Donostiarra con el Coro de la Fundación, y unos solistas de peso: Indra Thomas, Luciana D'Intino, Roberto Aronica y René Pape, que escuché en vivo (y luego en la TPA de donde lo grabé) en el Auditorio de Oviedo el 20 de octubre de 2005. Precisamente por lo cercano y como "homenaje" a otro genio salzburgués me decante por Karajan. En otras ocasiones me decantaba por Un Requiem Alemán de Brahms, Haydn con Las siete palabras de Cristo pero también por el Padre Victoria y su Misa de Requiem en 6 partes o también los Responsorios de Tinieblas. Esta vez pudo la imagen con el sonido.
Para mañana tengo preparado el Gloria de Vivaldi y la Resurrección de Mahler con dudas sobre la versión: Bernstein, la Filarmónica de Viena con Sheila Armstrong y Janet Baker, o la reciente de Dudamel con la "Bolívar", Coro de la Fundación, Magda Nieves y Hadar Halevy del 23 de octubre de 2008 en el Auditorio de Oviedo, ésta incluso bastante "machacada" en el reproductor hará que me decante por Lenny, pero será el sábado de gloria.
Por si álguien opta por "la de casa" aquí dejo un trocito con mi querida Magda Nieves (ahora de vacaciones preparando el próximo compromiso) entre otras, aunque no vayan muy pareja imagen y sonido, gajes de YouTube®:
La disculpa es escuchar la música en Siana...