Pasión… Fuerza Arrolladora De Transformación

Por Ritacoach @ritatonecoach

¡Lánzate a la vida con brío: dale cuanto tienes y te dará cuanto tiene!

 Podríamos cambiar, sin ningún problema, la palabra “brío” en esta frase, por “pasión”.

¿Te parece?

Lo creo así porque lo que la pasión transmite es, entre otras cosas, brío.

He descubierto –por esta pasión mía con las palabras- que hay un padecer que es maravilloso. La palabra “pasión” viene de passio que significa “padecimiento”.

¡Bendito padecer con el que podemos transformarnos siguiendo su fuerza arrolladora!

Insisto, insisto e insisto, y lo hago porque este es el secreto de tu éxito.

¡Necesitás encontrar tu pasión!

¡Necesitás dedicarte a lo que te apasiona!

Ella es la “bisagra” que te catapultará de lo que estás siendo a lo que querés Ser.

Ella es el elemento transformador único que operará en vos para llegar a Ser la mejor versión de vos mismo.

No hay incapacidad ni debilidad que pueda detenerte si encontrás tu pasión.

Y una vez encontrada, la fórmula es dejarte llevar porque ella caracteriza tu Misión Personal. Te recomiendo leer Aquí  sobre ella.

La pasión es aquello que cuando quema tu interior, te hace padecer un estado de ánimo alterado (para bien tuyo) por el entusiasmo (llevar a Dios adentro), y cada vez que accionás en él…

No hay días ni horarios.

No hay cansancio.

No hay sufrimiento.

No hay debilidades.

No hay incapacidades.

Hay sentido.

Hay camino.

Hay metas.

Hay posibilidades.

Hay transformación (cambio de tus discapacidades o debilidades en capacidades y fortalezas… siempre extra-ordinarias).

Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella. Séneca

 

Una vida sin pasión no es vida o es una de sufrimientos.

Renunciar a mi pasión es como desgarrar con mis uñas una parte viva de mi corazón. Gabriele d’ Annunzio

¿Cuál es el poder transformador de la pasión?

Precisamente, ese estado alterado de conciencia que conlleva la pasión es lo que logra que superemos los límites que establece la razón, que vayamos más allá de lo que se prevé, que todo nos parezca posible, que intentemos lo calificado de “imposible”, que creemos con una imaginación poderosa y que creamos en nosotros más allá de cualquier estructura previa.

¿Qué puede conseguirse con este ánimo?

Absolutamente todo lo que queramos.

Y ya más específicamente, que ella actúe sobre nuestras deficiencias y las transforme en virtudes de excelencia.

Lo que quiero resaltar expresamente es que todo lo que te digo no son juicios (opiniones válidas solo para el que las emite), sino afirmaciones (basadas en hechos y que se pueden probar).

Einstein tuvo problemas de lenguaje y detestaba memorizar lecciones.

Su pasión por la Curiosidad lo llevó a transformarse en un científico reconocido mundialmente.

“Yo no tengo ningún talento especial, yo solo soy apasionadamente curioso”.

 

“Mi padre pensaba que yo era tonto, y yo casi creía que en verdad, era idiota”.

Estas son palabras de Edison, uno de los más prolíficos inventores de la historia.

Su pasión por la Experimentación lo llevó a ese lugar.

Al retraído, raro y nostálgico Newton, y a los cuatro meses de estar en la facultad, su profesor le cedió su cátedra.

Su pasión por las Ciencias Exactas logró esta distinción.

Reprobado en matemática y con una enfermedad hormonal que le impedía crecer, Lionel Messi, el mejor futbolista reconocido a nivel mundial, se transformó por su pasión por el fútbol.

No estoy hablando de la pasión que enferma y se desboca, estoy hablando de la pasión que es fuerza arrolladora de transformación.

¡Buscá tu pasión, sin cejar en el intento, buscá y buscá y atrevete a dejarla actuar!

¡Abrazala con todas tus fuerzas y vivirás una vida plena!

Existe una sencilla palabra que sintetiza todo el sentido de la vida: pasión.

Debemos llevarla siempre grabada en la frente, todos los minutos del día, porque el fuego sagrado de la pasión es el combustible más potente para nuestros sueños. La sociedad se empeña en minimizar el sentido de esa palabra, pero nosotros debemos luchar para mantenerla viva.

Si queremos tener una vida miserable, debemos renunciar a las cosas que nos apasionan, y pasar a trabajar por obligación.

No me estoy refiriendo a la pasión romántica –aunque también sea importante para una existencia inspirada– sino a permitir que el entusiasmo penetre en todo lo que hacemos. Cuando tal cosa sucede, no pensamos en el pasado ni en el futuro: pensamos en lo que estamos viviendo en ese preciso instante. Robin Sharma “El monje que vendió su Ferrari”.

 


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