Como siempre os recordamos, en La Caravana del Rock no hablamos solamente de este género musical, sino que nos gusta tocar otros palos. Y ya que asistimos al soberbio concierto que Pasión Vega dio en la noche del sábado 22 de agosto en Cádiz no podíamos dejar pasar la ocasión de hablar de él. Describir las sensaciones, las emociones, lo que vivimos aquellos que abarrotábamos la explanada del castillo de San Sebastián nos va a ser bastante complicado, pues no hay palabras. Pero, como siempre, intentaremos plasmarlo lo más fielmente posible.
Noche de poniente, fría y cálida a la vez
El poniente es un viento que cuando sopla en Cádiz te obliga “a ponerte una rebequita” (chistaco privado para los gaditanos y sobre todos a los que les gusta la chirigota del Selu y que la propia Pasión dijo en una de las pausas entre canción y canción). Y la noche del sábado 22 soplaba con fuerza, hasta tal punto que no se pudo colocar el telón trasero que estaba previsto, o, llegados a un punto del concierto, el equipo de ayudantes de escena no tuvo más remedio que retirar un par de biombos de madera labrada que formaban parte de la escenografía. Pero Pasión pudo con eso y más. Desafiando al frío, lució dos maravillosos vestidos que resaltaban su espléndida figura, rotunda y preciosa tras haber dado a luz a su niña Alma. Pasión se nos presentaba como la mujer-madre, bellísima y plena, algo que denotaba su cuerpo y también su ternura al entonar la nana “Aires de cuna”, que en su último disco, “Pasión por Cano”, canta
Pasión de negro, Pasión de blanco
Con un elegante vestido negro, con falda de capa, cuerpo con dos grandes aplicaciones de color verde y rojo y mangas pegadas y espalda de tul, se presentaba Pasión Vega ante una explanada completamente abarrotada. Todas las sillas ocupadas, pues estaba todo vendido desde hacía tiempo, como le ocurre a las grandes estrellas, independientemente del cariño que en Cádiz se le tiene a la malagueña, o de la crisis que tanto daño está provocando en muchas giras y bolos. Bueno, malagueña o, como ella mismo dijo, “mitad malagueña, mitad gaditana, que para eso me bauticé en La Caleta, como Carlos Cano”. Fue una de las muchas ocasiones en que la bella Pasión se dirigió al público. El viento y el frío poniente no podían solapar la sonrisa de esta rubia mujer. Su simpatía es tanta, que eso es imposible. El poniente no podía con ella.
El concierto dio comienzo con un escenario totalmente oscuro y con la voz de Carlos Cano contando algunas cosillas, con esa pausa calma que tanto le identificaba. Momento de vellitos de punta. (Esta que os escribe esta crónica tuvo la ocasión de entrevistarlo para Onda Cero y os aseguro que fue uno de los momentos más bonitos de mi vida profesional.)
Posteriormente, apareció Pasión en el centro del escenario y en un momento muy emocionante, recitó unas frases de la canción que Martínez Ares (espectador en la segunda fila y, como siempre, superamable con nosotros), ha compuesto para ella, “Soy del sur”, para arrancar luego con la bellísima “Danzón del corazón”. A partir de ahí, la artista, que ya nos tenía ganado el corazoncito desde el principio, fue todo exquisitez interpretando, entre otros, temas del granadino e inolvidable Carlos Cano, al que homenajea en su último disco, “Pasión por Cano”.
“Alacena de las monjas”, “Las murgas de Emilio el Moro” y otros temas del cantautor se iban alternando con canciones de Pasión como “María se bebe las calles” o clásicos de la copla como “Ojos verdes” o “La bien pagá” (¡Cómo nos acordamos de nuestra buena amiga Carmen Sepúlveda, a la que dedicamos esta crónica con todo nuestro cariño!). Sobre el escenario, un plantel de nueve magníficos músicos y una escenografía que nos llevaba a la Granada más andaluza y árabe: un perchero de hierro forjado con un blusón negro con topos grandes blancos y sombrero cordobés (que lució en su homenaje a Miguel de Molina), lámparas, juegos de té y mesitas árabes de metal ricamente forjadas, o un bonito diván vestido con un suntuoso paño verde. Cojines adamascados que servían para sustituir al amante o un piano de cola magistralmente tocado por el director musical, José Santos, para servir de apoyo a la estrella rubia platino en algunas de las canciones.
A pesar de que el frío arreciaba por momentos (aunque una vez finalizado el concierto se calmó, dando paso a una noche muy agradable), la valiente Pasión se cambió de vestido y apareció como una bella diosa griega, con un vestido blanco y escotado con unas tiras doradas que se cruzaban por debajo del pecho y
“Pasión, ¡los cubanos también te queremos!”
Ese grito se oyó desde una de las filas. Por eso sospechamos que el tema con el que se cerró el concierto, ya en los bises, las imprescindibles “Habaneras de Cádiz”, con letra de Antonio Burgos y música de Carlos Cano, llenó de alegría a ese cubano que seguro se vio transportado a su tierra con tan hermoso retrato de Cádiz y la isla caribeña.
Pasión, emocionada, recogía finalmente el aplauso de un público entregado y puesto en pie. Se le escapaban las lágrimas de los ojos y es lógico, puesto que Cádiz es su segunda tierra. Cádiz, la Habana con más negritos, se rindió ante esta bella mujer que sabiamente ha rendido homenaje a uno de los granadinos más universales y queridos con su último disco: “Pasión por Cano”. Te queremos, Pasión. No tardes mucho en volver a actuar en esta que es también tu tierra.
Una reflexión personal con sabor a Cerezas y guindas
Simplemente agradecer de nuevo a Pasión el que prologara “Cerezas y guindas”, el por ahora último libro de esta que escribe esta crónica. Un bellísimo prólogo en el que Pasión nos cuenta que se sintió transportada a recuerdos de su vida en Cádiz en muchos de los relatos, y en el que nos remite a la pasión y amor que de ellos se destila. Gracias también a Susana Barquero, asistente de Pasión, por su tremenda amabilidad. Aunque Pasión no pudo atendernos porque pasó bastante frío en el concierto (y no se le notó nada, ¡tremenda profesional!) y necesitaba descansar, de corazón es como si lo hubiera hecho. Gracias, Pasión y Susana. En La Caravana del Rock esperamos volver a veros pronto.
SET LIST:
Danzón del corazón
Alacena de las monjas
La reina del blues
El último bolero
Sonata de luna de Marrakesh
Dormido entre rosas
La bien pagá
Las murgas de Emilio el Moro
María la Portuguesa
Luna de abril
Esperando las golondrinas
Romance a Ocaña
Aires de cuna
Soy del sur
Ojos verdes
Habaneras de Cádiz
MÚSICOS:
Raúl Márquez (guitarra portuguesa, acordeón y trompeta)
Roberto Jabonero (primer violín)
Milena Fuentes (violín)
Jaime Huertas (viola)
Pérez Caldés (violonchelo)
José Ordóñez (guitarra española)
José Vera (contrabajo)
José Santos (piano, saxo tenor, flauta travesera y dirección musical)
©Belén Peralta, 2015, para La Caravana del Rock. Todos los derechos reservados.
Fotografías propiedad de sus autores respectivos.
“Cerezas y guindas. Relatos de un paseo por el amor y la vida” (Q-book, 2014), con prólogo de Pasión Vega, está a la venta en las librerías de Cádiz o bajo pedido en el correo kesia66@hotmail.com, con PVP de 12 euros.