Una infancia itinerante
Mary Douglas Nicol nació el 6 de febrero de 1913 en Londres. Su madre, Cecilia Marion, era una mujer estricta que intentó siempre frenar el espíritu aventurero que su hija había heredado de su propio padre, Erskine Edward Nicol, un pintor especializado en paisajes realizados con acuarelas. Debido a la profesión artística de su padre, la familia Nicol debía trasladarse muy a menudo a los lugares que Erskine debía plasmar en sus lienzos. Mary tuvo una infancia apasionante, viajando desde los Estados Unidos a Egipto pasando por Italia. En la tierra de los faraones, tanto ella como su padre, empezaron a acercarse al apasionante mundo de la arqueología.