Falel y Lourdes Bermejo hace muchísimos años
La filosofía de Falel
Llegó un momento, en el que para mi desgracia, tomé por fin conciencia de mi nulo futuro olímpico como gimnasta rítmico, por mucho que me empeñase, ni mi sexo, ni mi tamaño, me acompañaban, y eso que hasta llegue a ponerme en contacto con la "Real Federación Española de Gimnasia", ni para la artística masculina servía, demasiado alto, decían.
Pero yo no iba a tirar la toalla por unas opiniones sin criterio de ningún tipo, y mucho menos con un criterio a ciegas, no me habían visto jamás, ni me verían.
No olvidé las mazas ni la cinta, pero pasaron a un plano más de entrenamiento complementario y me apunté a ballet y a contemporáneo en una escuela de la calle Santa Isabel , "Nacho's", sí , con apóstrofo s, y allí comenzó mi pseudo carrera como artista de la danza, bueno, de cualquier cosa que me permitiese expresar a través del movimiento todo lo que yo llevaba dentro, desgraciadamente, ya era un poco mayor para dedicarme profesionalmente y además me encontraba con una familia no muy a mi lado, de hecho, hasta falsificábamos los recibos de la escuela para que yo pudiese seguir asistiendo a clases, todo lo demás es historia.
Mi profesión frustrada, bailarín, lo hubiese hecho bien, pero no voy a autocompadecerme, la vida es así, y tengo que decir que he conocido a grandes profesionales de la danza que han sido mis grandes amigos, y, un gran consuelo cuando alguno me ha dado alguna clase, es escuchar, Dios mío con esas condiciones hubieses sido una estrella, con eso me basta....
Quizá esperabais algo más esperpéntico y divertido pero el final de la historia es un poquito más triste, aunque repito, todos esos años de mazas, aros, pelotas, cintas, pliés, jettés, etc. fueron los más divertidos de mi vida.
Falel