LOS CENTROS MUNICIPALES gestionados por el Área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid disponen ya de cambiadores para bebés en todos los baños. En los de señoras y también en los de caballeros. Como tiene que ser.Tal vez no sea un gran avance social, es posible que no, pero se me antoja que una medida así tiene un gran valor simbólico en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Parece tan de cajón que se aplique, que lo que realmente sorprende es que no se haya hecho antes para que las Administraciones vayan cumpliendo con su obligación de predicar con el ejemplo.La cuestión es que no resulta nada fácil encontrar un lugar adecuado para cambiar a los bebés y cuando, al fin, se consigue uno, la mayoría suele estar en los aseos de mujeres. A partir de ahora, si eres hombre y esta circunstancia te sorprende en el Circo Price, el Teatro Español, el Fernán Gómez, el Faro de Moncloa, en Matadero o en la Caja Mágica, además del Palacio Municipal de Congresos o el Madrid Arena, ya no tienes excusa para escaquearte.Y en esto, claro, como en otros aspectos, llegamos tarde. En Estados Unidos, por ejemplo, fue el propio Barack Obama el que firmó una orden en 2016, conocida popularmente como ‘ley babies’, para que se instalaran cambiadores de bebés en los servicios de hombres y mujeres de todos los edificios públicos.Los “arquitectos” empeñados en el diseño social y urbanístico de las ciudades del futuro tienen mucha tarea pendiente. Y no es menor la del diseño de espacios que no generen discriminación. Si la sociedad evoluciona, lo que no tiene sentido es que, llegado el caso, los papás se vean obligados a cambiar el pañal a sus criaturas en los sitios más inverosímiles.Si a principios de este año, hasta Ikea se vio obligada a cambiar todos los carteles de sus puntos de venta en España, reemplazándolos por otros más inclusivos, no tenía ningún sentido que el Gobierno de Manuela Carmena no empezara a ponerse las pilas.