Y le dicen los otros:
-Adonde vas viejito.
-Voy a la montaña.
-Y a que vas.
-Voy a mover la montaña.
-Y con que las vas a mover.
-Con esta cucharita.
-Jajaja, Nunca podrás.
-Si, nunca podré, pero alguien tiene que comenzar a hacerlo.
Fuente: La cucharita de porcelana en Planeta Cuentos
Esta pequeña enseñanza me quedó profundamente grabada en la memoria cuando escuché por primera vez esta conferencia del genial Alejandro Jodorowsky.
El primer paso
El esfuerzo de una persona durante toda una vida no servirá para cambiar nuestro mundo, pero alguien debe tomar la responsabilidad de dar el primer paso hacia adelante para empezar a hacerlo. Sin esa valentía, sin esa capacidad emprendedora, nuestro mundo no avanzaría lo suficiente.
Un viaje de mil millas comienza con el primer paso. (Lao-Tsé)
La perseverancia en los pasos
Además de iniciar el cambio, debemos perseverar en tal cambio, hasta conseguir recorrer todo el camino, o parte de él. Si el viaje nos sobrepasara, una vez acabado nuestro recorrido, alguien tomaría nuestro relevo.
Por tanto, no tengo la menor duda de que si todas las personas del pueblo, durante cada día de sus vidas, se dedican a excavar la montaña con su cucharita, un día (quizás después de varias generaciones) la montaña habrá desaparecido por completo.
El primer paso fue el inicio, pero hizo falta la tenacidad de innumerables más, uno después de otro, para conseguir finalizar aquella gran obra.
Las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la perseverancia. (Samuel Johnson)