Por Juan Martínez de Salinas
Dentro de las organizaciones, ya sean grandes empresas o pymes, es necesario fomentar el compañerismo y la colaboración interna.
En ocasiones, parece que dentro de una organización existen empresas diferentes que se hacen la competencia. Las áreas de compras, marketing, ventas, finanzas, gestión del talento, producción, legal, logística... se enfrentan por nimiedades y se hacen la vida imposible. Esto perjudica al cliente y, por ende, al negocio.
¿Problemas de poder? La empresa no es de los empleados, por lo que el enfoque tiene que ser distinto y cumplir con los objetivos empresariales, no los personales. Los directivos suelen carecer de esos puntos en común, que son transdepartamentales y que no se reflejan en los objetivos. Por todo lo anterior, las empresas deben fomentar que todos sus empleados remen en la misma dirección, porque cuando se tienen reinos de taifas, el negocio no avanza.
Debemos aprender a centrarnos en lo que nos une a todos los que trabajamos en una misma organización, asumiendo que cada persona es diferente y que eso es beneficioso, sobre todo si sabemos buscar el equilibro y la colaboración con flexibilidad y adaptabilidad.
No podemos elegir ni a los compañeros de equipo ni a los responsables directos, por lo que debemos estar dispuestos a trabajar con todo tipo de personas. Por regla general, aquellos que piensan, actúan, se comportan, crean y resuelven problemas de forma diferente suelen chocar con los demás. Si tú eres una persona desorganizada, tener en tu equipo a alguien muy organizado te sacará de quicio inicialmente, pero la realidad es que alguien así puede ayudarte a organizar las cosas de otra forma y ahorrarte tiempo.
En mi opinión, el que todos sean prácticamente iguales en una organización no es nada recomendable. Es mejor contar con personas que aporten otros enfoques y puntos de vista, que sepan mucho más que nosotros de ciertos aspectos. Rodearnos de personas o colaboradores que nos doren la píldora y nos digan que todo lo que hacemos es estupendo, en lugar de decirnos que estamos equivocados, nos resta valor y lleva a un peor funcionamiento de la empresa.
Una red de colaboradores externos
En una pyme, dependiendo de su tamaño, nos puede tocar hacer unas tareas u otras. A menor tamaño de la organización, más transversalidad y diversidad de funciones. Por ello, hay que fomentar el trabajo en equipo y la colaboración en función de las prioridades de la actividad productiva.
Con el cambio permanente del mercado laboral, el trabajo "para toda la vida" hace tiempo que está en peligro de extinción. La gran mayoría de profesionales que estamos en activo ahora mismo, no nos vamos a jubilar en la empresa que trabajamos en la actualidad. De hecho, diversos informes indican que, de media, la población activa trabajará en 3-15 empresas a lo largo de su vida profesional.
Esto supone que las organizaciones deben tener identificadas a personas expertas en su área de actividad, con las que se pueda contar en los proyectos que lo requieran. No se trata de buscar talento para que forme parte de la plantilla, sino de una red de contactos o colaboradores a los que poder recurrir cuando sea necesario, que se dediquen a prestar servicios para tareas concretas.
Pongamos un ejemplo. Imagina que tu empresa tiene como estrategia comercial prioritaria la apertura de un negocio en Panamá, México y Costa Rica para una gama de productos específica para esos países. En primer lugar, debes sondear en "modo beta" para ver cómo podría funcionar. Antes de contratar a nadie, es recomendable buscar a un representante que realice la prospección y captación de potenciales clientes, cuya remuneración será por objetivos. Este es un perfil prioritario. Por ello, debes indagar sobre profesionales adecuados para esa labor de apertura en otros mercados internacionales. Una opción es preguntar a personas de confianza si conocen a profesionales que se dediquen a esto y con los que ya colaboren.
Potenciar las alianzas
También es recomendable conocer a gente de áreas afines, aunque diferentes, para buscar sinergias e incluso llegar a alianzas con empresas que se dedican a lo mismo, aunque enfocadas en otro tipo de público. Poner "todos los huevos en la misma cesta" es muy arriesgado, porque si tu principal fuente de ingresos deja de funcionar, tendrás un grave problema.
Estos son algunos planteamientos que debes tener en cuenta: ¿Qué tipo de alianzas son adecuadas para tu empresa? ¿Con qué empresas y/o profesionales de otros sectores puedes crear proyectos novedosos que sean demandados por tu público objetivo? ¿En qué benefician esas sinergias a cada una de las empresas involucradas?
Se trata de intentar actividades diferentes sin perder el foco de tu empresa; no es hacer por hacer, sino investigar y colaborar con profesionales y empresas, que vean las alianzas de la misma forma que tú.
Pasos para generar una red de colaboradores
Para crear una buena red de colaboradores, lo primero de todo es analizar qué puedes aportar a ese colaborador y qué puede aportar él a tu empresa. Se ha puesto muy de moda pedir una colaboración a cambio de visibilidad, pero sin remuneración. Aunque pueda repercutir positivamente, esa visibilidad es algo efímero que desaparece pronto. No se puede olvidar que de visibilidad no se vive. Lo gratuito no se valora, cuando realmente nada es gratuito, porque siempre supone un coste para alguna de las partes involucradas (recursos económicos o humanos). Tenemos que valorar el trabajo de los demás y buscar el win/win.
Tenemos que generar credibilidad y no tener fama de ser unos caraduras o unos piratas. Al final, todo el mundo sabe qué y como eres realmente.
En ocasiones, podemos pactar intercambios de servicios, es decir, un pago en especie. Tú me ayudas a lanzar las campañas de marketing y yo te ayudo a crear las aplicaciones móviles de tu empresa. Esto es muy eficaz en los inicios de una empresa, o cuando no podemos permitirnos invertir en esa actividad.
Hay que aprender a decir no a aquellas colaboraciones que no aporten nada. Además, debemos establecer una relación de confianza con nuestra red de colaboradores; no olvidemos que, sin confianza, las relaciones no avanzan, se estancan y, al final, se evaporan. La confianza no se exige, sino que nos la debemos ganar, porque lo que decimos y prometemos se corresponde con lo que realmente hacemos.
Debe existir coherencia entre el mensaje y la acción. Lo mejor es ir avanzando en esa colaboración profesional con esos nuevos contactos poco a poco, para ver cómo va fluyendo, cómo encajamos y qué resultados se alcanzan.
Algunas personas son expertas en prometer muchas cosas y, a la mínima de cambio, te dejan tirado. Debes analizar en qué momento profesional se encuentra esa persona y de qué tiempo dispone para realizar ese proyecto o colaboración. Poco a poco, nuestros colaboradores nos tienen que demostrar que cumplen su palabra, que se involucran, que están a las duras y a las maduras, que buscan alternativas a las dificultades y que no desaparecen sin decir adiós.
No todo el mundo sirve como colaborador; debemos definir muy bien en nuestra estrategia corporativa qué tipo de colaboraciones son valiosas para nuestra empresa. Esto ayudará a no perder el tiempo y enfocarse en lo importante para el negocio.
Evaluación de colaboradores
En este punto, recomiendo realizar una Inspección Global de Relaciones (IGR). Para ello, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Nivel de confianza: debes identificar si el colaborador te inspira y le inspiras confianza. Esto te permitirá determinar en qué estado se encuentra la relación.
- Nivel de relación: no debemos obsesionarnos con las personas. Si no estás bien con alguien, lo mejor es distanciarse. La vida da muchas vueltas y no todas las relaciones o colaboraciones son para siempre.
- Nivel de satisfacción: es preciso valorar qué te aporta cada persona con la que te relacionas, si se trata de alguien con quien te gusta estar, te añade conocimientos, motivación, satisfacción, sois almas gemelas y cosas similares. Las relaciones o colaboraciones sanas deben partir del corazón.
Cuidado con el SPT (Síndrome Perezoso Total). Si no te gusta el estado de tu red de colaboradores, haz algo. No pretendas que las cosas cambien sin hacer nada.
En este mundo cada vez más competitivo e individualista, solos iremos más rápidos, pero no llegaremos muy lejos. Para que los demás estén dispuestos a ayudarte, tú eres el primero que debe estar dispuesto a ayudar. Pensar de forma egoísta nos hará perder muchos colaboradores.
Fuente: https://empresas.blogthinkbig.com/pasos-para-conseguir-una-buena-red-de-colaboradores-para-tu-empresa/