En varias ocasiones hemos escuchado o llegaremos a escuchar que “en la vida hay que ser buena persona para que nos vaya bien” pero ¿qué tan cierto es esto? Es la única indicación que recibimos, “ser bueno”, “esfuérzate más” o “se positivo”, pero en ningún momento nos dicen cuando comenzaremos a gozar los premios por ese buen comportamiento así que… ¿en realidad hay un premio? El único premio por un buen comportamiento es para los niños en navidad o para los presos al salir antes de sus sentencias por “buena conducta”.
Para aprender a mentir, primero debemos saber hablar con seguridad, confiar plenamente en nosotros mismos y no sentir remordimiento por nada ni por nadie, si no cumple estos requisitos, no podrá gozar de la ventaja de mentir.
Un mentiroso es malo cuando miente de manera excesiva, porque las mentiras son para potenciar nuestras habilidades, no para crear las que no tenemos. Cuando creamos “falsas realidades” sobre nosotros, es cuando las personas nos descubren.
Paso #1: Siempre di una verdad antes que una mentira
Un ejemplo sería si somos malos para mantener una conversación con alguien nuevo y más si es del sexo opuesto. Estas en una situación donde debes hablar con alguien que acabas de conocer, solo di la verdad: “soy un poco tímido al hablar cuando recién conozco a alguien”. Después de la verdad, viene la mentira: “pero con usted siento como si lo conociera hace tiempo”. Ese será el inicio para generar un ambiente menos tenso para usted, ya que al igual que para usted como para la otra persona, la conversación se entonara con mayor confianza.
La clave para mentir, no es decirle a la otra persona que usted es algo falso, sino dar a conocer tu realidad pero alterándola de manera no sea tan evidente su temor.
Paso #2: Mira a los ojos, no seas sumiso
Cuando entonamos una conversación con otra persona, siempre hay un sumiso. Esto significa que uno estará menos interesado que el otro, más distraído, con menos tema de conversación o más calmado sin querer tomar la iniciativa del tema, jamás sea ese sumiso. Conviertan a la otra persona en el sumiso y sean ustedes el interesado. Esto se logra mirando siempre a los ojos y mostrando la menor cantidad posible de expresiones faciales, de esta manera dará a entender que simplemente está interesado en hablar sin transmitir alguna emoción que lo delate, porque las mentiras hacen eso, provocan emociones al decirlas y muchas veces nos descubren por ese error.
Paso #3: No digas mentiras largas
En la mayoría de las veces, planeamos nuestras mentiras de manera anticipada, pero hay eventos en los que no tenemos tiempo de hacer eso y debemos sacar rápido una mentira de la manga. Cuando esto sucede, podemos llegar a sentir grandes emociones como el terror y adrenalina, esto por el miedo a ser descubiertos en ese preciso momento. En una ocasión así lo primero que debemos tener en mente es que no podemos decir mentiras largas, porque la estamos creando en el momento y corremos el riesgo de que olvidemos nuestra propia mentira o sea tan grande que se nos salga de la mano. Por ejemplo, si cometemos un gran error en nuestro trabajo y nos cuestionan sobre eso, jamás debemos negarlo porque le daremos la oportunidad a la otra persona de que nos diga un “por qué” y es ahí donde entramos en problemas. El objetivo de este punto, es ganar tiempo de donde no lo tenemos para resolver nuestro error. ¿Recuerdan el primer paso? Siempre decir una verdad antes que la mentira, ejemplo: “Es posible que haya cometido algún error (verdad)”, “pero no estoy seguro de eso ya que estoy convencido de que hago un buen trabajo, así que voy a verificarlo (mentira)”. Aceptamos que probablemente cometimos un error y no lo negamos desde un inicio, esto genera un campo de tolerancia en la conversación debido a que no has negado el error y has aceptado trabajar en resolver eso sin el peso total de la culpabilidad.
Debemos tener claro que las mentiras no son para evadir nuestra realidad sino son una herramienta que nos permite cambiar los entornos de la plática, de tímido a confianza, temor a seguridad, sospechas a confianza entre muchos otros.
Día a día escuchamos mentiras de todas las personas, incluso de famosos y políticos que nos hacen creer lo que a ellos les convenga, porque no cambian su realidad, solo cambian el entorno a su favor.
Utilizando estos tres pasos de manera ordenada y no excesiva, en poco tiempo cambiarán entornos en sus pláticas a su favor y podrán sacar provecho de eso sin alterar lo que en realidad son ni dar falsas ideas a la otra persona.