Passing by (Capitulo VI)

Publicado el 09 septiembre 2019 por Carlosgu82

Capitulo 6

Llegamos al 2011, ya en claro lo que ella pensaba de mi, seguí con mi vida normalmente, pero siempre el recuerdo y el soñar despierto me han hecho pasar una mala jugada. Ella todavía me sigue pasando música y lo que le dije aquel día de las velitas del 2010, para ella fue simplemente un desliz que yo comenté, y nos seguimos comunicando, hasta que en el mes de Marzo (2 años después de conocernos) ella no sé si lo dijo para cumplirlos con un recuerdo o lo dijo de manera improvisada: “¿tienes skype?”, “pero por supuesto, espérame un momento”, le dije, y tratando como loco de instalar ese programa, nos conectamos. Aquel día domingo me encontraba totalmente embalado haciendo unos ejercicios de programación que gente con un buen sentido de lógica los puede hacer, lo cual, no me siento dentro de ese selecto grupo.

Mandé al carajo todos esos ejercicios y comencé a charlar con ella por medio de este programa, ella tenía una hermosa pijama rosa y yo, simplemente desfallecí. Comenzamos a hablar, pero siempre ocurre que cuando le hablas a una mujer que te interesa, se te bloquea el cerebro, no hablas bien, y tratas de construir una conversación fluida que a veces resulta y a veces no. Dentro de la charla que tuvimos, ella me decía que yo debería conseguirme una cámara también, cosa que hasta ahora la tengo conectada desde aquel día, y que hasta ahora no la he usado con ella, bueno, tal vez, pero ella no se conectó con cámara.

Hablamos por el chat aproximadamente tres horas, de dos a cinco de la tarde, y mi cabeza me estaba insistiendo en los ejercicios de programación que tengo que hacer aunque mi corazón decía lo contrario, así que tuve que decirle que me perdone, pero que más tarde nos conectamos. Ella accedió, pero nunca más nos volvimos a conectar.

Además, el día de mi cumpleaños, la agrupación Zoé, hizo un “unplugged” y el primer single promocional fue la canción “soñé”, el cual fue una canción que solamente se la dediqué a ella.

Amigos que se encuentran en medio de esta lectura, se darán cuenta que además de lo obvio que era la respuesta de ella respecto al decirle que me gustaba mucho, puedo decir y admito que uno es idiota al hablar con la persona que quiere mucho, yo no fui tampoco más allá del coqueteo, de decirle cosas lindas todos los días, de tratarla como ella se merecía, de hacerla sentir una princesa, de llegarle con palabras más cariñosas, pero es que el hecho era la lejanía de dos ciudades y el maldito miedo de enamorarme aún más de ella, no me podía hacer ese daño, debía tener mis pies en la tierra, sé que sueño demasiado las cosas, así que por eso también no llegaba al punto de hablarle con palabras más dulces, además como les dije anteriormente, ella lo tiene todo, una carrera, un trabajo, una familia, ¡Dios, puede tener al hombre de sus sueños!, mientras yo, apenas puedo mantener a mi familia ya que mi papá no pudo, apenas estudio por las noches y apenas vivo de un mundo que me muestra una realidad nada a comparación de la vida de Cristina. …Soy el Florentino Ariza de “el amor en los tiempos del cólera”…

La “Fermina Daza” de esta historia, algún día encontrará un “Juvenal Urbino” que la haga feliz. Mientras tanto yo me contento con sólo verla conectada en el chat.

Aparte de este relato, recuerdo una anécdota muy dolorosa de un gran amigo y pensé que con Cristina podría pasar lo mismo, si mi sueño de estar con ella se cumplía:

Juan, es un gran amigo que nos conocimos en el almacén, tenía una novia llamada Paola y tenían una relación de cinco años de novios. Ellos eran la esperanza de que el amor todavía siguiera vivo. Se conocían uno del otro, tenían una relación por lo que se podría decir telepáticamente armoniosa, tenían muchas cosas en común, pasaron por muchas situaciones difíciles y siempre el otro estaba al lado para ayudarlo en sus momentos de tristeza, angustia o desesperación, eran la pareja ideal. Y aunque no había muchas cosas materiales o de mucho valor en sus regalos de aniversarios o cumpleaños, el amor lo sabía vencer por medio de la comprensión.

Pero un día, Paola comenzó a trabajar en una firma de abogados, y dentro de estas oficinas, un profesional, digno de usar sacos costosos y de tener un auto nuevo, apareció en la vida de esta pareja. Fernando era lo que comúnmente se conoce como “un hijo de puta con plata” y fue el que desencadenó la hermosa historia entre Juan y Paola. Fernando comenzó a conquistarla en medio de restaurantes costosos y dentro de un auto que ponía a Paola a dudar sobre el amor inconmensurable que le tenía a Juan.

La relación entre ellos dos se fue desvaneciendo de a poco, Paola comenzaría a crear mentiras dentro de la relación, hasta que cierto día, ella terminaría diciéndole a Juan que “lo nuestro no iba a funcionar”. Juan cayó en una severa depresión durante mucho tiempo.

Me ponía a pensar esta historia, la sensación de colocarme en los zapatos de Juan. Muy doloroso.

Hablando de dolor, las cosas con el corazón no estaban funcionando sentimentalmente bien, todavía quedaban rezagos y para rematar, las tertulias musicales se convirtieron en competencias de “Quién tiene mejor y más gusto musical”, y una relación competitiva, siempre va a tener de por medio del orgullo de cada uno, y por ese mismo orgullo, ella no se iba a comunicar de la misma manera de la que se comunicaba antes. La intimidad de nuestras conversaciones se hacía cada vez más lejanas solamente llegando a compartir música y nada más.