En estas fechas, aunque tenemos ya en el mercado bastante fruta de temporada, las cerezas, guindas y picotas se convierten en una de las grandes protagonistas tanto de recetas dulces como saladas, solo hay que echar un vistazo por la Red para disfrutar de mogollón de recetas elaboradas con este bonito y delicioso fruto. Simultáneamente a la cocina, las cerezas se emplean para elaborar diversos tipos de licores, de los que el licor de guindas como el de Cazalla de la Sierra o el Kirsch están entre los más destacados, sin olvidarnos de los que se producen en el Valle del Jerte, absolutamente, deliciosos.
También suelo hacer desde hace bastante tiempo mi propio licor con este fruto y disfrutarlo cuando llega el invierno y sobre todo la Navidad, de una copita de mi propio licor casero de cerezas sentado en familia alrededor de la mesa camilla, ¡¡qué caló con solo pensarlo!!
Hoy he preparado también la "añada" nueva, aunque en esta ocasión, he usado una mezcla de orujo gallego y anís seco cordobés, junto a los palos de canela que no sé de donde vendrán pero que aportan un toque espectacular, junto a unos cuantos clavos, de olor se sobreentiende, aunque en esta ocasión, no he añadido azúcar alguna, porque he aprovechado el "asiento" de años anteriores que queda en cada botella para darle mayor consistencia al sabor. Las cerezas maceradas de esta manera son un bocado delicioso para aprovechar en recetas dulces y aportan un sabor único como ya pude comprobar cuando preparé la Tarta Selva Negra o en este pastel de cerezas y queso que hoy os presento, un pastel preparado como la clásica tarta de galletas de toda la vida, sin horno y presto para consumirlo bien fresquito, del que disfrutaréis desde el primer bocado al sentir el crujiente, tanto del chocolate como de las guindas y ese desparrame del licor, ¡¡toda una experiencia casi mística!! Espero que os guste la receta y os animo a prepararla. Un abrazo y feliz fin de semana a tod@s.
Ingredientes:(para un molde de 20 cm �Ø)250 gr de galletas, yo he usado las clásicas María3 cucharadas soperas de margarina450 gr de chocolate blanco400 gr de requesón1 cucharada sopera de Kirsch300 gr de cerezas o picotas frescas de temporada100 gr de cerezas o picotas en aguardiente300 gr de nata para montar 35% m.g.250 gr de queso mascarpone40 gr de azúcar avainillado
Para decorar: guindas en almíbar, virutas de chocolate blanco y nueces
Elaboración:Deshuesar tanto las cerezas frescas como las de aguardiente y separar cada una en dos mitades.
Montar la nata y conservar en frío.
He usado un molde ajustable sin base para poder desmoldar mejor el pastel una vez terminado y no tener que voltearlo. Pasar por las paredes del molde un poco de margarina para facilitar el desmoldado.Comenzamos poniendo en un molinillo eléctrico 120 gr de galletas y las trituramos muy fino. Pasarlas a un bol.Diluír en un cazo las 3 cucharadas de margarina y una vez que se haya templado un poco, incorporarlas a las galletas trituradas. Mezclar bien hasta integrar ambos componentes y formar una capa base en el interior del molde.Fundir el chocolate blanco al baño maría o microondas. He separado un poco de chocolate una vez fundido y con ayuda de un pincel, lo he extendido sobre un papel de horno para hacer las virutas de la decoración.
Dejar templar unos instantes y añadir el kirsch. Remover e incorporar el requesón, mezclando hasta conseguir una crema uniforme.
El siguiente paso es el añadido del mascarpone a la mezcla anterior, batiendo con unas varillas, bien eléctricas o manuales mientras sumamos también el azúcar avainillado. Separar una parte de este relleno para la decoración final.
Para acabar nuestro relleno, añadimos los dos tipos de cerezas a la crema y volvemos a mezclar.
El montaje del pastel:El proceso del montaje es como el que hemos hecho siempre para la clásica tarta de galletas, es decir, con capas alternas de relleno, nata montada y galletas, terminando con una buena capa del relleno de guindas y quesos.
Decorar con las nueces dispuestas de forma concéntrica y tapar con film plástico. Enfriar en el frigorífico durante 3-4 horas, aunque os recomiendo hacerla de un día para otro para que asienten perfectamente tanto la textura como el sabor.
Desmoldar el pastel una vez haya reposado. Con el relleno que habíamos separado, tapar los laterales y en la superficie superior, decorar con las virutas de chocolate y las guindas en almíbar. Una vez cortada las porciones que vayamos a consumir, volver a guardar en el frigorífico siempre tapada para que no se reseque.