no os escondáis, porque por muy profunda que enterréis la cabeza os aseguro que los corazoncitos os van a encontrar y se van a pegar a vosotros como lapas. Es decir, que no hay escapatoria posible, así que si no puedes con ellos, UNETE.
Ese es mi lema esta semana, que como toda esta parafernalia no va a desaparecer sola es mejor que me rinda y canalice todo lo que haga hacia ese día, así incluso puede que resulte divertido.
Hoy si que toca tartaza, de las gordas, de chocolate de infarto y de las que no podrás probar sólo un bocado, querrás más y más. Y con esta filosofía lo traigo como propuesta para San Valentin, porque realmente esta tarta es de las de "yo lo valgo", juzgad vosotros mismos.
También podréis ver el video donde lo explico en el programa semanal de AL DENTE.
Todos los vídeos se publicarán aquí.
Ingredientes
- 250 ml de agua
- 300 g de azúcar
- 125 g de mantequilla troceada
- 35 g de chocolate Nestlé Postres derretido
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 230 g de harina con levadura (tipo bizcochona)
- 2 huevos grandes
Para el glaseado:
- 90 g de mantequilla
- 80 ml de agua
- 100 g de azúcar glass
- 35 g de cacao en polvo
- 1 cucharada de gelatina neutra en polvo
Elaboración
1) Precalentar el horno a 180ºC. Prepararemos el molde engrasándolo con mantequilla. Yo he utilizado un molde tipo bundt cake, de silicona y de 20 cm de diámetro.
2) En un cazo ponemos el agua, el azúcar, la mantequilla, el chocolate derretido y el bicarbonato. Removemos a fuego bajo poco a poco hasta que se disuelva el azúcar.
Después subir un poco el fuego y llevar a ebullición unos segundos y bajarlo inmediatamente dejándolo 5 minutos a fuego bajo. Lo retiramos a un bol grande y lo dejamos templar.
3) Una vez que la mezcla ya no esté tan caliente, añadiremos al bol la harina y el huevo, batiendo todo bien durante unos minutos.
Vertemos toda la mezcla en el molde preparado previamente.
4) Horneamos a 180ºC durante 50 minutos. Pasado ese tiempo pinchamos con un palillo para asegurarnos de que esté bien por dentro. Si utilizáis un molde más profundo igual requiere un poco más de tiempo. Sacaremos del horno, dejamos que repose 10 minutos al menos y luego lo desmoldamos sobre una rejilla para enfriar.
A continuación vamos a preparar un rico y brillante glaseado:
1) Mezclamos la mantequilla, el agua, el cacao y el azúcar glass en un cazo. Lo colocamos a fuego medio sin dejar que hierva y removemos constantemente.
2) Mientras tanto, ponemos la cucharada de gelatina con dos cucharadas de agua fría en un vaso para que se hidrate.
3) Agregamos la gelatina al cazo y lo dejamos unos minutos cocer, removiendo bien. Después lo retiramos del fuego y dejamos que se enfríe un poco.
4) por último, con el pastel sobre una rejilla y una bandeja colocada debajo para recoger el exceso, vamos a glasear el pastel echando por encima despacio todo el preparado del glaseado.
Echaremos una capa, dejaremos que se enfríe y repetiremos la operación de nuevo para que nos quede mucho mejor.
Y ya hemos finalizado. Lo vamos a dejar enfriar totalmente, SIN TOCARLO, a ver si os podéis resistir... y cuando ya esté frío lo decoraremos por encima con nuestros frutos rojos deshidratados. En este caso frambuesas y grosellas, que le dan un punto de acidez y sabor al chocolate increíble.
Este pastel nos quedará muy jugoso y tierno por dentro, y el glaseado tan brillante le da un acabado espectacular.
Seguro que triunfaréis este San Valentín sirviendo esto en vuestra mesa, espero que lo probéis y que me lo contéis.
Feliz San Valentín
Dime que es Viernes: gastroblog.