Antes de que las naranjas ya no estén buenas es conveniente hacer este pastel libanés porque, francamente, está muy rico, además de que es muy fácil hacerlo. La receta me la dio mi amiga y compañera de trabajo Remedios, que es poco aficionada a los dulces, pero es una excelente cocinera, su criterio es indiscutible, en este y otros temas.
Yo le he añadido la cobertura de chocolate por mi cuenta porque en realidad se decora con unas rodajas de naranja confitada. Pero el ganaché de chocolate combina muy bien con el sabor de la almendra y de la naranja. En cualquier caso la imaginación se puede usar en la decoración de este postre a placer, porque es buen compañero de muchos ricos elementos.
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