Muchos calabacines en el huerto y requesón en el congelador. Encontré en una revista antigua un pastel salado muy vistoso y apenas nada graso así que manos a la obra y como siempre adaptando la receta a mis gustos. Lo hice un día de vacaciones en la aldea. El resultado es un primer plato de verdura muy suave y digestivo. Nos ha encantado.
INGREDIENTES
-un kilo de calabacín
-4 huevos
-4 cucharadas soperas de requesón de cabra, unos 100g.
-2 cucharadas soperas de queso rallado en polvo
-un poquito de mantequilla para engrasar el molde
-aceite de oliva y sal
PREPARACIÓN
Lavar muy bien los calabacines y cortarlos en rodajas todo lo finas que se pueda. Poner en una sartén amplia dos cucharadas soperas de aceite y llevarlo al fuego mediano. Cuando esté caliente poner por tandas rodajas de calabacín e irlas haciendo a la plancha. Las vamos poniendo en un plato según vayan estando bien hechas.
No hacerlas a fuego fuerte para que no se tuesten. Dejarlos templar.
Batir los huevos en un plato y echarlo al calabacín cuando haya templado un poco. Añadir el requesón y el queso rallado y mezclar todo muy bien.
Engrasar una fuente resistente al horno con un poco de mantequilla y llevar al horno a 200º.
Tenerlo unos 30m. pincharlo para comprobar que el cuchillo sale seco. Se puede tomar caliente o templado.
Es fácil de preparar, ligero y está riquísimo.