Muchas veces suele decirse que, en medicina, lo que sirve para un fin, causa algún daño en otro sentido. Son lo que se conocen como “efectos colaterales”. Pero cuando entre ésos efectos se menciona la palabra “cáncer”, habrá que evaluar seriamente si los beneficios del medicamento son tales.Es lo que pasa, por ejemplo, con las pastillas anticonceptivas, de las que desde hace años está científicamente comprobado que el “etinilestradiol” -sustancia que forma parte del 100% de las pastillas anticonceptivas- produce un aumento en el riesgo de cáncer de mama.
Esto tiene una explicación científica muy clara. El etinilestradiol entra al cuerpo de la mujer y al llegar al hígado es metabolizado oxidándose en diferentes partes de su molécula, de esta manera se transforma en una sustancia capaz de alterar las membranas de las células que forman la glándula mamaria.Hay mujeres que tienen una predisposición a formar sustancias más cancerígenas a partir del etinilestradiol, denominadas: 4hidroxiestradiol y 16hidroxiestradiol.
No es por casualidad que en el mundo occidental hubo una explosión del cáncer mamario desde la década de 1960, época en que apareció la pastilla anticonceptiva. Estas pastillas inicialmente eran producidas a partir de la orina de la yegua preñada. Estas hormonas no son nocivas para la yegua pero, por el mecanismo antes explicado tienen un poder cancerígeno, en forma acumulativa en la mujer. Es decir, a medida que pasan los años de uso de la pastilla mayor es el riesgo de padecer cáncer de mama.
Es notable la diferencia estadística de esta patología con las mujeres orientales que, casi no conocen el cáncer de mama salvo que se occidentalicen, o sea, cambien su dieta y tomen pastillas anticonceptivas.
Uno de los secretos de las mujeres orientales es que consumen soja diariamente desde antes de la primera menstruación. La soja contiene unas sustancias llamadas genisteina, daidzeina y diosgenina que, sobre todo la primera, protege los receptores de la mama contra las moléculas de las hormonas femeninas que pueden generar el cáncer de mama.
En Japón tienen cáncer de mama 22 mujeres cada 100 mil, en occidente el número asciende a 68 cada 100 mil mujeres.
Como conclusión de estas observaciones puede asegurarse que no sólo el uso de la pastilla anticonceptiva (etinilestradiol) es el generador del cáncer de mama en el occidente, sino las características de la alimentación y sus carencias. Para enumerar alguno de ellos: la ingesta excesiva del pollo industrializado, que es engordado a base de estrógenos y otros factores de crecimiento, y de lácteos que también son ricos en hormonas dado que se acelera de esta manera el crecimiento del ternero.
Otro factor que se agrega son los xenoestrógenos: sustancias extrañas que se comportan como estrógenos, pudiendo actuar sobre la glándula mamaria de hombres y mujeres. Los xenoestrógenos son moléculas que salen de los plásticos, derivados del petróleo. Por esta razón es necesario evitar el contacto de los alimentos con el plástico por mucho tiempo.
Por mi experiencia, una de las mejores formas de anticoncepción que se le puede ofrecer a los adolescentes es el uso conjunto del preservativo y del diafragma.
Luego de la primera relación sexual se le toma la medida del cuello uterino a la mujer para que pueda usar un diafragma que le durará como mínimo 2 años, siempre en asociación al preservativo. Este método colabora con la participación mutua de la pareja en la anticoncepción, los puede unir más y no tiene ningún efecto adverso.
En el pasado el diafragma se utilizaba solo, lo cual lo hacía muy inseguro como método anticonceptivo, por lo que se indicaba el uso de cremas espermicidas para mejorar su eficacia.
Las cremas espermicidas pueden matar espermatozoides pero también matan la flora bacteriana normal de la vagina, produciendo una alteración que lleva a sobre-infecciones por hongos, parásitos como candidiasis o clamidias.
El método propuesto de asociar el preservativo (indispensable para la prevención del sida, hepatitis B y HPV) al diafragma es sin el uso de ninguna crema que altere la flora vaginal, lo hace totalmente inocuo, lleva al 100% de eficacia como anticonceptivo y puede hacer madurar la relación de pareja.
Doctora María Alejandra Rodríguez Zía – MN 70.787
Médica Clínica UBA / Endocrinología UBA
http://www.medicina-biomolecular.com/
Fuente: http://www.infobae.com.ar/