Pat Hare era un genio, un bluesman salvaje que tocaba la guitarra como nadie, un músico que grabó poco, la mayoría para Sun Records, pero que tuvo mucho que ver en la electrificación del blues y en el éxito de Muddy Waters, con el que tocó durante años. La carrera de Hare no es muy extensa, duró poco más de una década, pero formó parte de algunas de las mejores bandas de blues de aquellos años dorados y tocó con artistas como James Cotton, Howlin Wolf, Chuck Berry o Muddy Waters.
La importancia de Hare en el blues está soterrada por decenas de nombres que brillaron más que él, pero fue este músico de Arkansas el que introdujo la distorsión en la guitarra, y parte de las estructuras del heavy metal provienen de técnicas y estilos que este guitarrista ya usaba a finales de los años cincuenta. Las cosas que ahora obtiene cualquier guitarrista con un par de pedales ya lo conseguía Hare con sus manos. Su sonido era feroz, agresivo, adelantado a su tiempo, y un imán para jóvenes que años después llegarían a su música a través de los discos de los bluesman con los que tocaba. Keith Richards lo descubrió por los discos de Muddy Waters, al que el británico veneraba. Cuando se topó con aquellos acordes, con aquella forma de tocar, Richards quedó prendado de la energía de Hare.
A principio de los años 50, Hare formó parte de Little Junior's Blue Flames y más tarde se incorporó a la banda de James Cotton, junto a éste grabó Cotton Crop Blues, donde la guitarra de Hare suena veinte años adelantada a su tiempo: rugiendo feroz, distorsionada, muy sucia. Poco después entró en el estudio para grabar I'm Gonna Murder My Baby (Voy a asesinar a mi nena), una versión de un tema de los años 40. Aquella grabación se perdería en las oficinas de Sun Records en Memphis y no se editaría hasta los años 90, pero fue una premonición de lo que Hare haría no mucho tiempo después. Durante los siguientes años sus problemas con el alcohol se incrementaron y mientras su vida personal se encallaba, su trabajo junto a Muddy Waters le encumbraba como uno de los mejores guitarristas de su generación.
En 1962, Pat Hare mataba a su pareja tras una disputa doméstica y también asesinó al policía que llegó a la casa a investigar el suceso. El guitarrista ingresó en prisión ese mismo año y falleció entre rejas 16 años después. Su carrera se arruinó por aquellos asesinatos y todo lo que pudo haber sido se quedó en nada, en las batallitas de un preso sin guitarra, ella, sin Hare, sí pasó a la historia.
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