Me encuentro a muchas mamás y muchos papás que sienten que tienen que justificar la manera que han elegido de criar a sus hijos ante familiares, amigos, médicos y la sociedad en general, porque todo el mundo tiene opinión al respecto y no se la guardan.
Yo misma me he sentido así en más de una ocasión porque cuando te sales de "lo normal", (entendiendo cómo "normal" la manera de criar bebés desde hace 50 años), todo el mundo piensa que eres "una moderna", que tienes pájaros en la cabeza, que lees demasiado o que incluso haces lo que otros te dicen que hagas.
Durante todo el embarazo estuve leyendo (y todavía sigo), estudiando, investigando sobre lactancia, alimentación autorregulada, colecho, movimiento libre, porteo, etc... para informarme y decidir qué era lo mejor para nuestra familia. Es contradictorio que tengamos que estudiar sobre qué es lo normal y natural, porque con tantos accesorios se nos ha olvidado y hemos confundido las necesidades reales que tiene un bebé para ser criado. Es gracioso porque la crianza natural es mucho más antigua (así que poco de moderna), más sencilla porque deja que tus instintos fluyan mejor y sobretodo no necesita casi apoyo material, ni gastos, ni preparación.
Durante todo este tiempo me he visto a mi misma dando datos, justificando y derribando mitos sobre la crianza qué nosotros hemos elegido por sentir que en muchos momentos se me juzgaba, ridiculizaba y desmerecía con desinformación y mentiras de esas que están tan arraigadas que se dan como ciertas. Por los comentarios de algunos y algunas, por no dar biberón, no hacer purés a mi hija o dormir con ella, parece que soy una vaga que lo que no quiero es "molestarme".
Al principio estaba muy abierta a explicar y dar a conocer lo que yo había descubierto, ya que me parecía interesante que el resto también conociera y entendiera por qué hacíamos las cosas de esa manera, pero llegado a cierto punto es agotador dar explicaciones e intentar que otra persona entienda que no eres una loca que das trozos de comida a tu hija, por seguir dando el pecho más de 6 meses o que no queremos separarnos de ella innecesariamente, cuando todo lo contrario es "lo normal", "lo que todo el mundo hace" y de "sentido común".
Han llegado a quitar mérito e importancia a nuestra lactancia y a la leche materna diciendo incluso que no es tan buena como la leche artificial, o que doy el pecho porque no trabajo fuera de casa; Cuando cuentas que muchas mujeres siguen dando el pecho mientras trabajan te tachan de mentirosa (verídico) al mismo tiempo que notas en su cara un cortocircuito por dar información nueva a la que no tenían acceso porque no les interesaba ya que utilizaban la antigua como justificación.
Ahora que Lucy tiene más de un año estoy "casi" preparada para escuchar comentarios opinando sobre dar el pecho a una niña que ya anda. Lo que no tengo claro es el tono de mi respuesta.
Pero oye, que te dicen que la leche materna no es mejor que la artificial, que mi hija no va a salir de la cama hasta los 18 años por hacer colecho, que es mejor llevarles a la guardería porque se inmunizan y se espabilan, que haciendo BLW mi hija no come nada y así cien cosas más con una seguridad, una certeza y una vehemencia dignas de admiración para no tener ni puñetera idea de lo que están hablando.
Me pregunto cómo sería, si la gente que cría a sus hijos con la inercia de lo que hicieron nuestras generaciones pasadas más cercanas, que apenas se preguntan sobre el por qué, el cómo y el cuándo de su manera de alimentar, dormir, bañar e incluso hablar a sus bebés tuvieran que dar tantas explicaciones de por qué hacen las cosas de la manera en que las hacen, con la misma asiduidad y firmeza que los que hemos elegido otro tipo de crianza. Además de sufrir un desgaste importante, como el que sufro yo cuando debo debatir cosas absurdas, me pregunto si sus argumentos serían válidos, tendrían pruebas y conclusiones científicas o incluso si estarían avalados por organismos médicos oficiales.
También me pregunto si realmente saben por qué hacen las cosas como las hacen, siguiendo esos hábitos inculcados y si alguna vez se han preocupado de buscar información como yo he hecho para razonar por qué hago las cosas como las hago.
Da la sensación de que a mi se me ridiculiza más por mi forma de crianza aún dando explicaciones, que a otras personas que ni siquiera saben darlas porque no se han parado a pensar por qué lo hacen así, pero cuyas prácticas están más generalizadas.Vivimos en la era de la información. Todo el mundo tiene internet en la palma de la mano y yo no puedo evitar googlear cuando tengo una duda, cuando no recuerdo algo y con razón de más cuando es algo relacionado con la crianza de mi hija. ¿Por qué no hace todo el mundo lo mismo?
Sinceramente no me gusta la desinformación, no me gustan las afirmaciones u opiniones sin datos, no me gusta la gente irrespetuosa que no comprende que puedas hacer las cosas de manera diferente. Y por otro lado es muy triste que haya que justificar la lactancia prolongada, la alimentación autorregulada y demás elecciones de crianza.
¿Que pasaría si cada vez que me preguntan algo sobre mi estilo de crianza yo hiciera lo mismo sobre el suyo?
¿Que tal si en vez de criticar al resto intentamos averiguar por qué criamos a nuestros hijos como lo hacemos?
¿Por qué no dejamos de juzgar desde la ignorancia y estamos abiertos a explicaciones?
La #PataditadelDía va para todos aquellos que juzgan, critican y ponen en duda el estilo de crianza del resto desde la ignorancia y que nos obligan a justificar nuestra crianza con más explicaciones que si estuviéramos en un exámen, para luego poner en duda también esas explicaciones. Es completamente agotador y entramos en bucle. Si preguntas y luego no vas a ser capaz de razonar mi respuesta por favor, no preguntes.