Fáciles facilongas y muy ricas.
Simplemente lavamos bien las patatas (con piel) y las cocemos.
Cuando ya estén cocidas, las ponemos en la bandeja del horno (forrada y engrasada) y las aplastamos con un tenedor.
Echamos en cada una, un chorro de aceite de oliva virgen extra y espolvoreamos todo lo que queramos. En mi caso: pimienta negra molida, pimentón dulce, cayena molida, hierbas provenzales, ajo en polvo, tomillo y sal gorda.
Podéis jugar con las especias dependiendo si las vais a querer para acompañar carne o pescado. Incluso podéis poner queso rallado, unos taquitos de jamón o bacón y tomarlas solas en lugar de usarlas de acompañamiento.
Metemos en el horno hasta que veamos que están tostadas (calor arriba y abajo)
¡¡¡Os advierto que son adictivas!!! Están buenísimas!