Nuestro custodio Mecmoc nos envía esta curiosa palabra que procede la fusión de los términos pata (de origen incierto, "pierna de una persona") y zambo (del latín vulgar strambus, bizco, de forma irregular, este del latín strabus, y este del griego στραβός, derivado de στρέφειν, torcer).
Escribe el genial poeta argentino Oliverio Girondo en su Rebelión de vocablos:
"De pronto, sin motivo:graznido, palaciego,cejijunto, microbio,padrenuestro, dicterio;seguidos de: incoloro,bisiesto, tegumento,ecuestre, Marco Polo,patizambo, complejo;en pos de: somormujo,padrillo, reincidente,herbívoro, profuso,ambidiestro, relieve;rodeados de: Afrodita,núbil, huevo, ocarina,incruento, rechupete,diametral, pelo fuente;en medio de: pañales,Flavio Lacio, penates,toronjil, nigromante,semibreve, sevicia;entre: cuervo, cornisa,imberbe, garabato,parásito, almenado,tarambana, equilátero;en torno de: nefando,hierofante, guayabo,esperpento, cofrade,espiral, mendicante;mientras llegan: incólume,falaz, ritmo, pegote,cliptodonte, resabio,fuego fatuo, archivado;y se acercan: macabra,cornamusa, heresiarca,sabandija, señuelo,artilugio, epiceno;en el mismo momentoque castálico, envase,llama sexo, estertóreo,zodiacal, disparate;junto a sierpe... ¡no quiero!Me resisto. Me niego.Los que sigan viniendohan de quedarse adentro."
¡Hasta el próximo verso de loa y ditirambo al vate patizambo! ;-).