Patochada es un sustantivo procedente de la voz pata, a su vez de origen incierto. Da nombre a un disparate o despropósito y tiene en torpeza, bobada, tontería, necedad o desatino algunos términos afines.
A modo de ejemplo, encontramos esta palabra en Fortunata y Jacinta, obra de Benito Pérez Galdós:
"...Es un serafín esa mujer... Ahora cuando me pensé que estaba en el Cielo, la vi encima de una nube con un velo blanco... Estaba allí, entremedio de aquellos grandes corros de ángeles. ¿Será que se va a morir? Lo sentiré por mi niña. Pero Dios sabe más que nosotras, ¿verdad?, y lo que él hace, bien sabido se lo tiene... Pero dime, ¿te habló ella? ¿Le soltaste alguna patochada? Harías mal..."
Y también en El Quijote de Miguel de Cervantes:
"...–Por mí –replicó don Quijote–, miente tú, Sancho, cuanto quisieres, que yo no te iré a la mano, pero mira lo que vas a decir.–Tan mirado y remirado lo tengo, que a buen salvo está el que repica, como se verá por la obra.–Bien será –dijo don Quijote– que vuestras grandezas manden echar de aquí a este tonto, que dirá mil patochadas.–Por vida del duque –dijo la duquesa–, que no se ha de apartar de mí Sancho un punto: quiérole yo mucho, porque sé que es muy discreto..."
¡Hasta la próxima patochada en dislates enfundada! ;-).