El pato colorado siempre ha sido una especie escasa en Asturias, pero esta tendencia se ha acentuado en los últimos años, hasta casi convertirse en una rareza. Tiene un patrón de aparición muy irregular, aunque es un poco más habitual en septiembre y octubre. Este patrón esta relacionado con el comportamiento de la especie, que presenta movimientos de fuga cuando los medios en los que se reproduce si disminuye el alimento disponible.
Los ejemplares que aparecen aquí pueden proceder también de las poblaciones del continente europeo, que emigran e invernan en humedales de la Península Ibérica.