Patria, de Fernando Aramburu

Publicado el 05 diciembre 2016 por Covadonga Mendoza @Cova_Mendoza


La historia de dos familias en el contexto del anuncio de paz por parte de la banda terrorista ETA en el País Vasco, una abertzale (nacionalista vasca) y la otra, la de un empresario asesinado por la banda, en un tiempo amigas íntimas.

Rara vez se ve una novela en la cual haya una crítica positiva tan unánime. Una vez leída la obra, puedo entenderlo perfectamente.

Y es que sin ser una novela que tenga las trazas de un "clásico", es muy digna, e incluso sobresaliente en muchos aspectos.

En primer lugar, por abordar un tema que hasta hace bien poco, o incluso hoy en día, es algo tabú: el conflicto vasco y el terrorismo de ETA. La novela, de hecho, tiene su punto de partida en el anuncio de la banda de la paz unilateral y el abandono de la lucha armada.

Sin embargo, la novela no posee una estructuración lineal en lo cronológico. El autor, mediante capítulos cortos dedicados cada uno de ellos a un personaje (en tercera persona, aunque ya hablaremos de este tema), nos lleva hacia atrás y hacia adelante, pivotando sobre ese hecho histórico. Así pues la obra parece girar sobre sí misma, y en cada vuelta, conocemos más facetas de las situaciones, relaciones y personajes, como en una permanente ramificación en busca de nuevas perspectivas. A pesar de estar la narración "desordenada" desde el punto de vista temporal, eso no es impedimento ni mucho menos para comprender la historia. En realidad, lo que cuenta no es un misterio o una intriga, sino el retrato de un mundo dividido del cual son metáfora y representación las dos familias protagonistas, antaño amigas. Por un lado, la familia de un etarra con delitos de sangre; por otro, la de la viuda de un empresario al que se reclamaba el llamado "impuesto revolucionario", extorsión que realizaba la banda ETA para su financiación a los empresarios vascos.

El autor no se deja nada en el tintero, componiendo un pasmoso retrato de la realidad vasca, desde las familias con presos de ETA hasta la situación atroz de las víctimas, los atentados frecuentes, el vacío a quienes no comulgaban con las ideas del pueblo, las amenazas, las pintadas insultantes, las tabernas nacionalistas, las acciones y estructura de los comandos, las torturas en el cuartel de Intxaurrondo a los detenidos, breves menciones a los GAL (grupo terrorista organizado por el gobierno de Felipe González, presuntamente) y a algún atentado famoso (Gregorio Ordóñez) o detenciones de etarras (Bidart), las manifestaciones pro amnistía, la idolatría a los etarras, los presos arrepentidos... Vamos, un fresco exhaustivo del conflicto vasco.

Y además, a mi modo de ver de forma bastante imparcial, sin meter mucho politiqueo, ni de un lado ni de otro, mostrando los hechos crudos y que valore el lector. Lo cierto es que mientras leía según que cosas pensaba en que esto podría levantar ciertos sarpullidos en sectores acostumbrados a utilizar a las víctimas de ETA y a la propia ETA en sus manejos ideológicos.

Obviamente, la novela al final, se va hacia lo políticamente correcto de la conciliación y la necesidad del perdón para curar heridas. De hecho, esto es una de las cosas que más me ha chirriado. Y aunque no es algo que moleste mucho, se nota un intento de terminar con un final feliz y esperanzador después del dramón descrito, algo que se ve venir ya desde cierto punto de la novela.

"Patria" también llama la atención por los aspectos formales, como la ya mencionada ruptura de la linealidad cronológica normal. La prosa y la narración son bastante libres, pasándose de la tercera persona a la segunda o a la primera, como si fuera un cuento; de un tiempo verbal a otro (presente, pasado), que le da a la novela un aire atemporal. El lenguaje es muy coloquial, con la inclusión además de vocablos vascos (hay un glosario al final para comprensión del lector) y localismos (en los tiempos verbales). En cuanto al tono, destila un cierto humor, aunque las cosas narradas son bastante truculentas en ocasiones, que contribuye a acercarse a la historia con menos dramatismo pero sin perder emoción.

Al ser tan largo el libro y detenerse tanto en los personajes, llegamos a conocer muy bien a cada uno de ellos, o al menos al arquetipo que representan, sacado de la sociedad vasca. Creo que el autor ha optado por la mejor forma para hacernos llegar los pensamientos y sentimientos de este numeroso elenco: la viuda Bittori, que solo desea que el etarra le pida perdón para morir tranquila, la nacionalista Miren, que se aparta de su mejor amiga por sus ideas abertzales; el joven arrastrado hacia el terrorismo y el asesinato; los hijos de la víctima y sus reacciones ante el crimen y el rechazo de la parte de la sociedad favorable a los etarras y el silencio de los demás; sus vidas afectadas por este hecho, etc, etc.

Al final, después de tantas desgracias, un happy end metafórico para terminar de curar la herida vasca que tanta sangre hizo correr.

En resumen, un libro interesante, quizás algo flojo en estilo (para quien busque prosas exquisitas y elaboradas, pero adecuado para lo narrado), quizás demasiado largo y repetitivo, imparcial, documentado (o eso parece), emocionante, y que, sin contar una historia con grandes giros, logra engancharte hasta el final con unos hechos reales y cotidianos.

¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión)