Patricia Espejo es otra supuesta humorista, con la gracia en el culo que, al igual que todas esas cantamañanas como ella, se agarran al feminismo como la victima de La manada a sus pollas para no caerse.
Tiene voz de choni chunga, tipo participante de Gandia Shore.
Pertenece a la quinta de las chochetes cómicas que se puso de moda allá por finales de los 2020, Cuando los Broncanos, Castelos y demás querían arrimar cebolleta a las humoristas. Si la entrevistaron en el sofá de Brazzers no sabemos.
Empezó en esto de la comedia en 2010. Antes de eso trabajaba en una empresa de construcción para la que trabajaba como Administrativa de RRHH. Le fie bien hasta que le llegó la orden de despedir a "La tía esa que no servía para nada". Resultó ser ella misma.
En televisión, ha trabajado como guionista en el programa Dani & Flo, un programa cutre de antaño peor que El Hormiguero.
Después de trabajar como servidora de cafés colaboradora para Revista de Sociedad de Levante TV, grabó monólogos para Comedy Central, El Club de la Comedia, Sopa de Gansos, Comediants, Late Motiv, La Resistencia, Las que faltaban y Comedia Perpetua.
Empezó bien, algún monólogo medianamente gracioso, pero cuando empezó a escasear el trabajo hizo como todas: chistes de chochos, novios, reglas, pareja, relaciones y de sexo, no sale de ahí.