Con The Wings prácticamente separados, Paul McCartney se tomó un tiempo y expresó su deseo de "grabar algunas canciones divertidas para pinchar en fiestas" como él mismo declaró. Así fue el asunto, que Paul se encerró diez años después de su primer disco en solitario, en su granja con una Studer de 16 pistas y empezó a grabar y grabar, y a experimentar, con bastante marihuana de por medio. Lo tocó todo, bajo, batería, guitarras, piano, voces y los sintetizadores, algo que sería dominante en la época que empezaba.Volvió a salir de gira con Wings (su canto del cisne), pero le detuvieron en Japón por posesión de marihuana, se suspendió la gira y se centró en la promoción de McCartney II, como tituló al álbum.Su primer y magnífico single (reconocido por un John Lennon en plan rencoroso con él desde hacía años) era Coming Up, una divertida, melódica y atrevida canción, que aún hoy suena de maravilla. Un single que tuvo mucho éxito en su momento, tanto en UK como en USA.
Con The Wings prácticamente separados, Paul McCartney se tomó un tiempo y expresó su deseo de "grabar algunas canciones divertidas para pinchar en fiestas" como él mismo declaró. Así fue el asunto, que Paul se encerró diez años después de su primer disco en solitario, en su granja con una Studer de 16 pistas y empezó a grabar y grabar, y a experimentar, con bastante marihuana de por medio. Lo tocó todo, bajo, batería, guitarras, piano, voces y los sintetizadores, algo que sería dominante en la época que empezaba.Volvió a salir de gira con Wings (su canto del cisne), pero le detuvieron en Japón por posesión de marihuana, se suspendió la gira y se centró en la promoción de McCartney II, como tituló al álbum.Su primer y magnífico single (reconocido por un John Lennon en plan rencoroso con él desde hacía años) era Coming Up, una divertida, melódica y atrevida canción, que aún hoy suena de maravilla. Un single que tuvo mucho éxito en su momento, tanto en UK como en USA.