Las películas de Quentin Tarantino siempre dejan agradables temazos en sus bandas sonoras seleccionadas personalmente por él mismo, algo que este director cuida y mucho, e incluso se convirtió en especialista recuperando grupos olvidados. En su último film, Érase una vez en... Hollywood, la selección era acertadísima y muy buena, donde incluía varios temas de Paul Revere & The Riders una banda americana cuyo comienzo tuvo lugar en los primeros años 60, su primer álbum es de 1961 para ser exactos. Paul Revere a los teclados y Mark Lindsay cantante y saxofonista eran los líderes y los que más tiempo permanecieron en la banda, sobre todo Paul hasta el final, Mark lo dejó en 1975. Los guitarras, los hermanos White lo dejaron en 1961 al igual que William Hibbard el bajista, esa era la formación original.En 1968 editaron dos discos, Something happening y Goin' to Memphis. En el primero de ellos hacían incursiones en la psicodelia con resultado dispar, pero había algunos temas rítmicos y de mucha calidad que eran de lo más interesantes, como el Don't take it so hard, delicia de canción.
Os dejo con Don't take it so hard.