Paul Rios
Un servidor ha tenido la posibilidad de hablar con Paul Rios por correo. Paul es el coordinador de Lokarri, una red ciudadana que trabaja por la paz en el País Vasco. Pueden seguir su twitter y su blog para conocer más de acerca de Paul y su actividad.
Aquí tienen sus respuestas a nuestras preguntas sobre la situación en el País Vasco:
¿Cómo valora los pasos que está dando la izquierda abertzale?
Son muy importantes. Desde hace más de un año y medio han desarrollado un intenso debate interno para definir y consensuar una nueva estrategia. Han llegado a una conclusión clara: desarrollar y conseguir sus objetivos políticos por las vías exclusivamente pacíficas, políticas y democráticas. Esta decisión ha tenido su reflejo en la presentación de los estatutos de Sortu. Han rechazo clara y expresamente la violencia de ETA. La primera consecuencia de esta decisión debería ser su inmediata ilegalización. La segunda es que ETA tiene muy difícil cometer nuevos atentados cuando el sector político tradicionalmente más cercano ha expresado que rechazará nuevos actos de violencia. De hecho, considero que estas declaraciones de la izquierda abertzale ilegalizada son más determinantes para el objetivo de la paz que el comunicado de alto el fuego de ETA.
¿Tiene alguna reticencia sobre las intenciones de la misma -la izquierda abertzale-?
No. He podido comprobar cómo han hecho un gran esfuerzo durante el último año. En primer lugar, por alcanzar un amplio consenso entre sus propias bases en torno a esta nueva estrategia. En segundo lugar, por conseguir que ETA se sumara a la nueva estrategia, dando pasos para el final de la violencia, primero aceptando los llamamientos de la Declaración de Bruselas y el Acuerdo de Gernika.
¿Qué opina de las valoraciones del Partido Socialista? ¿Y del Partido Popular? Me interesa especialmente su opinión acerca de las declaraciones de Gonzalez Pons.
Evidentemente, no han sido iguales. Detecto un cambio en el discurso del PSOE. Siguen sin facilitar el camino pero al menos reconocen abiertamente que el paso dado por la izquierda abertzale ilegalizada ha sido muy importante. De hecho, el propio ministro Rubalcaba habla ya abiertamente de una posibilidad para la paz. Este cambio en el discurso es más pronunciado en el País Vasco. El Lehendakari López ya ha manifestado que la legalización de Sortu sería una buena noticia. Ahora bien, creo que podría defender abiertamente su legalización.
En cuanto al PP, en el País Vasco también han empezado a hablar de una situación esperanzadora, aunque no hay un reflejo en un cambio profundo de su estrategia y discurso. Ahora, al menos, no niegan lo evidente: que estamos en una situación nueva. En cambio, el PP sigue con los mismos clichés. El problema es que sólo aceptan una solución en clave de victoria y derrota, cuando lo que necesitamos es una salida que asiente las bases para una convivencia inclusiva y respetuosa.
¿Cuáles han sido sus principales obstáculos en el trabajo con Brian Currin?
Por señalar sólo dos, el primero sería el gran recelo que muestran el PP y el PSOE a que cualquier persona del extranjero venga con ideas nuevas que no encajan con el discurso oficial que se quiere imponer como el único genuino y verdadero. El segundo sería consecuencia del anterior: está costando un gran esfuerzo generar confianza en esos dos partidos.
Imaginémonos un futurible cercano, ¿cuál cree que sería el mejor escenario para la paz en Euskadi? ¿Y el peor?
El mejor sería que ETA pusiera fin a la violencia y que Sortu fuera legal. Veo cercana esa posibilidad. Así se darían las condiciones para un proceso de paz irreversible.
El peor sería que ETA cometiera un nuevo atentado. Creo que la izquierda abertzale hoy ilegalizada lo rechazaría y no sería descartable una escisión. Entonces estaríamos ante otro tipo de problema. ETA, sin soporte político alguno, se convierte en un problema de seguridad, nada más. Ahora bien, considero que es una hipótesis posible pero no probable. No se ha dado mucha importancia a un dato: la izquierda abertzale ilegalizada ha llegado unida hasta este momento y nada invita a pensar que no continúe así en el futuro.