Paul y Joanne, Joanne y Paul

Publicado el 08 octubre 2013 por Clementine
Estar casada con Paul es estar casada con el hombre más considerado y romántico
Joanne siempre me ha dado apoyo incondicional en todas mis decisiones y esfuerzos, eso incluye mis carreras de coches, que ella deplora. Para mí eso es amor… Sin ella no sería de ningún lugar, no sería nada
En su pasada edición, el Festival de Cannes nos era lujosamente presentado con un cartel muy, muy especial. En él aparecían nada menos que Paul Newman y su mujer Joanne Woodward.
El cartel ofrece una imagen luminosa y tierna de pareja moderna, enlazada en una figura en equilibrio perfecto y que recuerda como al remolino del amor… La visión de esos dos enamorados tomados desde una posición como de vértigo y que pierden cualquier referencia apela a vivir el cine como un deseo sin fin. Encarna a la perfección el espíritu del cine… Para el Festival es la ocasión de rendir homenaje a la memoria de Paul Newman, desaparecido en 2008, y de hacer llegar un saludo lleno de admiración a Joanne Woodward, su mujer y su intérprete por elección (Los organizadores del Festival)
El diseño de este maravilloso cartel partía de una fotografía tomada durante el rodaje de “Samantha”, título protagonizado por Newman y Woodward en 1963. Fotografía ésta que sirvió también para diseñar el cartel de la propia película.
Paul y Joanne acudieron al citado Festival de Cannes en 1958, año en el que fue seleccionada a competición “El largo y cálido verano”, primero de los films que protagonizó la pareja.
En años posteriores Newman y Woodward volverían a coincidir en dicho festival, esta vez en calidad de director y actriz, respectivamente, y en relación a otros dos títulos comunes: “El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas” y “El zoo de cristal”.
Joanne Gignilliat Trimmier Woodward nacía el 27 de febrero de 1930 en Thomasville, Georgia. Tras estudiar dos años en la Universidad de Louisiana, Joanne se trasladaba a Nueva York para recibir clases de arte dramático en el Actor’s Studio.
Paul Leonard Newman nacía el 26 de enero de 1925 en Shaker Heights, Ohio. Tras un año en el Yale School of Drama, en Connecticut, Paul pasaba al Actor’s Studio de Nueva York.




Y en el Actor’s Studio se conocían Paul y Joanne, Joanne y Paul, en 1953. Ese mismo año, durante los ensayos de la obra de teatro “Picnic” en la que ambos intervenían, nacía entre ellos una relación sentimental que se afianzaría cinco años más tarde durante el rodaje de “El largo y cálido verano”.
Joanne y Paul contraían matrimonio el 29 de enero de 1958…
… el 26 de marzo Joanne recibía el Oscar a la mejor actriz por “Las tres caras de Eva”…
… y el 3 de abril de ese mismo año se estrenaba “El largo y cálido verano”.


Posteriormente, Newman y Woodward compartirían también protagonismo en “Un marido en apuros”, “Desde la terraza”, “Un día volveré”, “Samantha”, “Un hombre de hoy” y, más recientemente, en el largometraje “Esperando a Mr. Bridge” y en la serie “Empire Falls”.

“Me había gustado mucho la novela de Margaret Laurence. La historia también le interesaba a mi mujer. El guionista, Stuart Stern, me entregó el texto y me pidió mi opinión. Después de decirle algunas ideas que se me ocurrieron, me rogó que dirigiera la película. Al principio me negué, pero después descubrí un placer inmenso en hacer un trabajo que era completamente nuevo para mí”
Raquel, Raquel” (1968) fue el primer largometraje de Paul Newman como director. También fue la primera ocasión en que dirigió a su mujer como protagonista de la película.


Posteriormente, Newman la dirigiría también en “El efecto gamma sobre las margaritas”, “Harry e hijo” y “El zoo de cristal”, así como en el telefilme “La caja oscura”. Joanne y Paul, Paul y Joanne, tuvieron tres hijas.





Y fueron muy, muy felices.
“Soy hijo de un indio renegado y miserable que robaba gasolina en las afueras de la Reserva de Shaker Heights, Ohio. Mi madre era una pobre inválida. Yo me pasaba los días leyendo poesía. Cuando murió mi padre, me puse a vender cepillos. Tenía 13 años y toda la familia vivía a mi costa. El día que cumplí los 17 me escapé de casa y me enrolé como grumete en un barco de pesca de bandera iraní. Perdí la virginidad a los 14 años con una chica esquimal, lo que, sin duda, es la razón por la que, desde entonces, me pirre por la comida esquimal. Pronto aprendía el viejo truco de Speedy Gonzales de aparcar en doble fila frente a los burdeles, y nunca me pusieron una multa. Después de eso fui leñador, conduje un camión cargado de nitroglicerina, fui un gran admirador de Brigitte Bardot y uno de los mejores fabricantes de palomitas de maíz del país. Luego fui descubierto por Erich Von Stroheim, que para entonces ya estaba muy viejo. Me recomendó entusiasmado a Walt Disney. El resto es historia. Empecé haciendo las voces en varios dibujos animados (hice de Gruñón en ‘Blancanieves y los siete enanitos’). Cuando llegué a la cumbre del éxito, me convertí en estrella de películas porno. Algunas todavía se pueden ver por ahí…
… Mi mujer no sabe nada de esto, por supuesto” (Paul Newmanen una entrevista concedida por el actor a la revista Playboy en 1968) “Para ti, Alicia. Por serme fiel hasta el infinito y más allá. Y muy feliz día, muy feliz, muy feliz, muy feliz…”  (Tu Paul)