Sin duda alguna os gustan los postres. Me lo decís vosotros, lo dicen las visitas del blog y además es que es de sentido común. ¿A quién no iba a gustarle un buen postre? Desde hace tiempo le tenía el ojo echado a este postre, la Pavlova. Me resultaba súper curioso, porque se puede ver como un postre súper crujiente, pero a la vez que parece muy frágil y que combina con todo.
Hace un par de semanas me aventuré a hacerlo y virgen santísima cómo estaba. Yo admito que soy de salado, los postres, aunque me gustan, no son mis platos favoritos, pero lo de este postre es de otro mundo. Sencillamente por la mezcla de texturas, los diferentes sabores que se complementan a la perfección y la estética de este postre lo hace perfecto.
Las pavlovas son un tipo de merenge neozelandés que se cocina al horno a temperatura baja para conseguir una textura súper crujiente, delicada y resistente. Se sirve normalmente con nata montada, frutas, salsas de frutas o productos similares. Básicamente combina con todo, ya que tiene un sabor muy neutro.
La receta, cómo podréis comprobar, no es nada difícil, sólo necesitáis paciencia, porque hay que tenerlo bastante tiempo en el horno a una temperatura más bien baja, pero merece la pena, creedme.
Ingredientes para cuatro Pavlovas medianasPara las Pavlovas
- Tres claras de huevo
- 150gr de azúcar glass
- Dos cucharadas soperas de maicena
- Una cucharadita de zumo de limón o Cremor tártaro
Para el Topping
- 250ml de nata para montar fría
- 200gr de frutos rojos
- Una cucharada sopera de azúcar
- Frutos rojos para decorar
PasosVamos a comenzar preparando el merengue, que tarda lo suyo en cocinarse. Lo primero de todo, como siempre que trabajamos con el horno, es encender el horno y ponerlo a 130ºC para que vaya calentándose. Mientras tanto, en un bol grande tenéis que montar las tres claras de huevo con una pizca de cremor tártaro o una cucharadita pequeña de zumo de limón. El cremor tártaro es lo que viene en uno de los dos sobres de gaseosa. Uno de los dos sobres contiene bicarbonato, el otro tiene una mezcla de ácido tartárico y ácido cítrico. Usar cremor tártaro o zumo de limón va a darle una textura mucho más intensa al merengue, lo cual nos interesa bastante para esta receta.
Cuando las claras estén montadas añadid el azúcar glass poco a poco, y cuando se haya integrado perfectamente, haced lo mismo con las dos cucharadas soperas de maicena. Las cucharadas tienen que ser rasas más o menos. Fijaos en que todo esté bien integrado y no se hayan formado grumos ni nada por el estilo.
El siguiente paso es darle forma a las pavlovas. Podéis usar una manga pastelera o una cuchara, cómo vosotros prefiráis. La forma que suele dársele es de nido, forma circular con los bordes más gordos, casi el doble de gordos que el centro, en mi opinión. Meted las pavlovas al horno, que a estas alturas ya estará caliente, y cocinadlas durante una hora y media o dos horas, dependiendo del grosor que le hayáis dado. Una vez pasado este tiempo sacad las pavlovas del horno y dejad que se enfríen, preferiblemente sobre una rejilla.
Mientras que se están cocinando las pavlovas os recomiendo que hagáis una salsa de frutos rojos. Para ello, yo utilicé frutos rojos congelados, porque para hacer una salsa no hay mucha diferencia entre usar frutos rojos frescos o congelados. Bueno, si que hay diferencia, el precio jajaja. Poned los frutos rojos en un cazo junto con un poco de agua, con medio vaso sobrará, y una cucharada sopera de azúcar. Cocinadlo durante un buen rato, aquí no os diré tiempo porque depende del tipo de fruto rojo que uséis, pero hasta que la fruta se deshaga un poco y la salsa esté espesa y un pelín caramelizada. Cuando tengáis la salsa lista podéis colarla para que se quede más fina, pasarla por la batidora o dejarla tal y como está.
Cuando tengáis las pavlovas enfriadas, y la salsa de frutos rojos también, es el momento de montar la nata. Para ello sólo necesitáis un bol, que yo os recomiendo que esté frío, nata para montar fría y unas varillas. Aquí no hay más historia, símplemente es montar la nata y ya está.
Para montar las pavlovas como debe ser hay que ponerle la nata montada por encima de la pavlova, preferiblemente con una manga pastelera, pero podéis hacerlo con una cuchara. Poned unas cuantas cucharadas soperas de salsa de frutos rojos y, para finalizar, unos pocos frutos del bosque frescos. En este caso le he puesto moras, pero podéis ponerle otros.
Enjoy!