Pavos

Publicado el 24 noviembre 2011 por Rbesonias
Estados Unidos celebra Acción de Gracias y miles de pavos tragan saliva, augurando su suerte. Excepto el pavo presidencial, que se salva del degüello gracias a un rito anual al estilo Poncio Pilato. Obama, investido de poder absoluto para la ocasión, perdona con gesto cesáreo la vida del pavo, mientras sus hijas contemplan encantadas la benevolencia de su progenitor. Ya lo sé, es un acto protocolario, una rutina consuetudinaria, pero por un momento me imaginé que, tal y como están las cosas, podríamos extrapolar la suerte de los pavos estadounidenses a la de los ciudadanos españoles que sueñan con ser tocados por la suerte y evitar así el vendaval de la crisis. Muchos serán los llamados y pocos los escogidos para eludir la sangría de los recortes. Obama, Merkel, Sarkozy y, ahora, Rajoy operan de verdugos involuntarios de este ritual absolutorio. Me quiere, no me quiere... El mercado es ciego, sordo, pero no tonto. Indulta a aquel que le beneficie; al resto los condena al último estrato de la cadena alimenticia, candidato a la eugenesia capitalista. Mírenlo, impávido e imperturbable ante su suerte. El pavo no chista, ni siquiera pavea su guruguru gutural. Lo mismo le da tres que cuatro; recibió en herencia la indolencia ante su maldición ontogenética. Por eso calla y espera. Sabe que si no este año el siguiente será centro de mesa y manjar navideño.Por si acaso, antes de que venga el matarife con los recortes, me pondré a gurugear. Que se note que uno, aunque pavo, pavonea su perplejidad a la espera del cuchillo.Ramón Besonías Román