Zapatero, Rubalcaba y sus medios informativos afines prevén alborozados el próximo fin de ETA a la vista de una reciente carta del noventa por ciento de sus presos pidiéndole a la organización terrorista que deje de matar a cambio de una amnistía y el derecho de autodeterminación.
Por lo mismo llevan asesinando durante décadas, y el mensaje es igual a otro de 1996 ante la llegada de Aznar al poder.
También se comprometían a dejar de matar si se les amnistiaba y sin prometer la entrega de las armas.
No hay nada nuevo en la propuesta de estos presos, algunos terribles asesinos que no han cumplido ni la décima parte de su condena, ya de por sí liviana.
Incluso lo ha reconocido el fiscal general del Estado, Conde-Pumpido, un fiel zapaterista hasta ahora.
Además, el diez por ciento rechaza renunciar a la violencia, y sus compañeros libres aún pueden hacer mucho daño.
El entusiasmo ante este anuncio, y con otro de antiguos presos que se habían reunido con unas pocas víctimas para pedirles perdón, aparecía en medios que hacen campaña a favor de Rubalcaba. Circunstancia que debe tenerse en cuenta al valorar esta propaganda.
El Estado deberá contestar no a esos etarras supuestamente arrepentidos. Y no también a Bildu-Sortu-Batasuna-ETA que exige “una paz sin vencedores ni vencidos”.
Tras 900 asesinatos tiene que haber vencedores y vencidos. No por una paz falsa, porque no hay una guerra, sino por justicia.
El Estado debe vencer y ETA rendirse. Ninguna concesión. Ni siquiera una promesa de generosidad, aunque con ETA desaparecida quizás podría ejercerse alguna muy comedida.
Los españoles, no sólo los vascos como dice el PNV, han soportado el dolor de tantos muertos sin ceder nunca nada, aunque sólo con la presión callejera se evitó que lo hiciera Zapatero.
Ahora que ETA teme que Rajoy gane las alecciones, quiere sacar réditos de su “oferta de paz”.
Sus asesinos puede matar aún, pero les será difícil amedrentar a la sociedad: carecen del entusiasmo del pasado, y puede afectarles a ellos mismos el peor terrorismo que conocen, el islamista.
----------
SALAS
Esta tira es histórica por su cruda realidad. Deberá publicarse más veces porque simboliza tanto la economía o la política exterior como las negociaciones con ETA, con la que quieren seguir engañando a los ciudadanos.