PDVSA La Estancia

Por Mochilero En Europa Julio Peñalver @mochileroeneuro

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Y como es costumbre, no podía dejar de escribir sobre las bellezas de mi país, sobre esos espacios que -incluso, algunos venezolanos- no conocemos y que tenemos bien cerquita.

Centro de arte PDVSA La Estancia (Caracas, Venezuela)

El Centro de arte (hoy PDVSA La Estancia), forma parte del Patrimonio histórico y cultural del país. Erigida en 1783, sobre la antigua Hacienda Santa Ana, La Floresta (Como se conoció desde los tiempos de la Capitanía General de Venezuela) contribuyó a la producción de café en la época colonial.

Sus patios, sus jardines, su enorme casa de planta cuadrada, se bañaban de la frescura y la humedad que emanaba de nuestro pulmón natural (El Ávila).

En la actualidad, sus espacios le permiten a nativos y visitantes, la oportunidad de extraerse y disfrutar de actividades culturales, artísticas y recreacionales.

  • Yoga para adultos y niños
  • Actividades recreacionales para niños
  • Clases de pintura y arte
  • Ferias y exposiciones
  • Capoeira
  • Clases de Cuatro
  • Danza
  • Conciertos
  • Charlas

… Son algunas de las actividades que se llevan a cabo en la programación mensual para el desarrollo social y afianzar la identidad de las venezolanas y venezolanos, que promueve PDVSA a través de este brazo social y cultural.

Y lo mejor, estas actividades no solo se desarrollan en la ciudad de Caracas; Maracaibo y Paraguaná también son sedes que podrás visitar en tu carrera por conocer Venezuela.

La visita a este hermoso recinto, por el cual había pasado miles de veces sin atreverme a pasar, me regaló una enorme sorpresa:

Me recibía una clase de Yoga para adultos, los mantras se escuchaban desde lo lejos y enmudecían por completo el ruido de la ciudad

Mientras tanto, patos, gallinas, gansos y un pavo real, se paseaban por sus enormes jardines

El encanto de las flores; el juego de luces sobre la bóveda de árboles nativos, sembrados para el disfrute, descanso de sus visitantes y embellecimiento de la ciudad; sumaban en mí, una sensación de paz increíble, de pureza y de seguridad.

Me había desapegado de la noción del tiempo, de la continua interacción con los elementos distractores de nuestra era (el teléfono, correo electrónico  y redes sociales). Y sin necesidad de un evento, esta antigua hacienda me regalaba el mejor concierto de luces, frescura y colores.

Las formas escondidas sobre los árboles


El nido del Cisne

El tesoro artístico en los muros posteriores del jardín principal

Y los rincones de la casa colonial

Hicieron de esta visita, la mejor oportunidad para construir esta invitación que te entrego el día de hoy. ¡Conoce Venezuela, nuestros rincones, nuestras casas, nuestra cultura y su gente!